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500 empleados de una empresa de armas llevan una semana de encierro

Hoy se cumple una semana del encierro mantenido por los 500 trabajadores de la empresa estatal Inisel, dedicada a la electrónica y al armamento militar, en el centro de Aranjuez. Durante estos días han sido miles los vecinos que se han solidarizado frente a las puertas de la fábrica, asistiendo a las asambleas públicas convoca das por el comité de empresa. Toda la localidad se ha volcado y casi un centenar de empresarios y comerciantes han contribuido donando alimentos, bebida, café y todo lo necesario. El encierro se inició el pasado viernes cuando los trabajadores recibieron una notificación de la dirección, en la que se señalaba que los empleados con más de 51 años -196 trabajadores, 63 de ellos de Aranjuez- tendrían que dejar su puesto de trabajo el 1 de diciembre, aceptando las condiciones de la empresa, que no fueron especificadas y que no garantizaban la seguridad económica futura de estos trabajadores. La nota también indicaba que podían ser despedidos en esa fecha en unas condiciones que los trabajadores califican de inaceptables.A las tres de la tarde, al acabar la jornada laboral, los trabajadores decidieron comenzar un encierro que aún no ha finalizado. La protesta se realiza para exigir jubilaciones dignas y el cumplimiento de los acuerdos firmados entre sindicatos y empresa el pasado día 1 de junio, acuerdos que, según los trabajadores, no han sido respetados.

Otra de las exigencias de los empleados es evitar el despido de los 188 trabajadores que han sufrido regulación de empleo desde julio, que se incorporaron ayer a sus puestos de trabajo, pero que podrían terminar en la calle el próximo día 20.

Barba de varios días

La barba de varios días, ojeras y rostros de cansancio son habituales entre los trabajadores de esta empresa. Dos hogueras han permanecido encendidas día y noche a las puertas de Inisel, y siempre han contado con personas, en su mayor parte familiares y amigos, que de pie han aguantado el frío y la lluvia, y coreado proclamas contra la política de empleo del Gobierno y a favor de una huelga general.También se han producido durante estos días algunas escenas de tensión y ataques de nervios, mientras la policía ha tenido que intervenir regulando el tráfico, colapsado en los alrededores de la fábrica.

Hasta ahora, las numerosas reuniones mantenidas desde el lunes entre el comité y la dirección han arrojado poca luz y sólo se ha conseguido ampliar el plazo del despido hasta el día 10 de diciembre sin que se hayan confirmado las garantías necesarias.

En los últimos días, otros centros pertenecientes al grupo, el de Cuatro Vientos en Madrid y el de San Fernando de Henares, se han unido a esta movilización, iniciando también encierros.

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