El partido de Ben Bella 'congela' su participación en el diálogo de Argelia

El Movimiento en favor de la Democracia en Argelia (MDA), que lidera el ex presidente de la República Ahmed Ben Bella, ha decidido suspender su participación en los trabajos de la Comisión Nacional para el Diálogo, con los que el Gobierno y el Ejército pretenden sacar al país de la crisis y reemprender el proceso democrático. Éste es el segundo partido político importante que congela su participación, tras hacerlo el Frente de Fuerzas Socialistas, que preside el histórico bereber Hocino Ait Ahmed.

Ait Ahmed ha condicionado su participación en las negociaciones al levantamiento del estado de excepción, a la liberación de los presos políticos y a la presencia de los líderes del Frente Islámico de Salvación (FIS) en las conversaciones.La decisión del MDA fue anunciada ayer públicamente por el portavoz de la Comisión Nacional para el Diálogo, en el transcurso de una conferencia de prensa celebrada únicamente para los informadores locales. En esta reunión, el portavoz de la Comisión se negó a hacer declaraciones sobre los eventuales encuentros con los representantes del FIS.

La decisión de los partidos de Ben Bella y Ait Ahmed ha provocado una situación de angustia en aquellos sectores de la sociedad democrática que propugnan una salida civilizada a la crisis. Algunos de los implicados en este proceso aseguran sin embargo que se trata de una "congelación táctica" con la que se pretende lograr nuevas concesiones por parte del poder, en la línea de las conseguidas en la última semana, entre las que destaca la suspensión de las ejecuciones de integristas.

En plena polémica sobre el futuro diálogo en Argelia, los sectores ultras, que controlan la mayor parte de la prensa en lengua francesa, agitan el espectro de un golpe de Estado como única solución al conflicto. Las invitaciones en este sentido se repiten incesantemente como sucedió en diciembre de 1991, cuando, espantados por el triunfo del integrismo, reclamaron la intervención del Ejército y la suspensión de la segunda vuelta de las elecciones legislativas.

Pero las Fuerzas Armadas no se mueven. "El Ejército no es un espantapájaros", aseguraba ayer en primera página el periódico gubernamental en lengua francesa El Muyahid, convertido -¡paradojas de la historia!- en portavoz de los dialoguistas y reconciliadores. El Ejército rechaza de nuevo cualquier irrupción en la vida política argelina, según asegura un oficial superior retirado en un artículo publicado en un lugar destacado del rotativo.

Sumidos en medio de este debate histórico, muy pocos recuerdan que ayer a las 24 horas finalizó el últimatum de un mes concedido por el GIA -Grupo Islámico Armado- a los residentes extranjeros para que abandonen Argelia, según se desprende del comunicado entregado a uno de los diplomáticos franceses secuestrados a finales de octubre.

Mientras tanto, la violencia política sigue viva en Argelia. Ayer, tres civiles y el alcalde de la ciudad de Batna, 450 kilómetros al sureste de Argel, fueron asesinados. En Constantina, al oeste del país, cuatro supuestos integristas musulmanes y un policía en un enfrentamiento.