'Vuelta temporal'

Mordisqueando ocasionalmente una pastita de coco y atusándose el bigote, Serguéi Shajrái, en mangas de camisa y chaleco, escuchó durante casi tres horas las quejas de destacados representantes del mundo del cine y del teatro en el Instituto Estatal de Cinematografía de Rusia. La velada -a la que asistían una veintena de personas- se celebró en el despacho del director del centro y era parte del programa preelectoral de Shajrái. El candidato, sin embargo, fue parco en palabras y dejó que hablaran los responsables de instituciones de formación cinematográfica y dramática. En el mensaje destacaban dos elementos: la cultura en Rusia padece una catastrófica falta de medios, y los jóvenes con talento que antes eran soviéticos y ahora son ciudadanos de repúblicas remotas son como náufragos del siglo XX, sin becas para estudiar en Moscú, ni divisas para pagarse una carrera.Shajrái se declaró dispuesto a promover un acuerdo cultural entre los países de la Comunidad de Estados Independientes y aprovechó la ocasión para expresar su "malestar espiritual". Rusia, dijo, atraviesa hoy un "periodo peligroso", porque no ha finalizado la 'formación de la nación rusa", que ha estado congelada durante más de 70 años, como un trozo de carne que hubiera estado en el frigorífico. El resultado es imprevisible, ya que Rusia puede emprender el camino de "las mejores tradiciones ortodoxas" o el del "chovinismo", y 1994 puede ser rico en conflictos étnicos.

Tras hacer saber a los profesores que el Comité de la Política Nacional, que él dirige, también tiene problemas de locales, Shajrái se despidió de todos y se metió en el coche oficial junto con el general Kim Zagolov, un veterano de Afganistán oriundo de Osetia del Norte. La reja de la sede del Gobierno en la Plaza Vieja se abrió para dejar paso al Volga. Shairái anuncié al principio de la campaña que suspendía sus funciones de viceprimer ministro hasta las elecciones, pero a lo mejor estaba aprovechado una reincorporación o una vuelta temporal.