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Volkswagen pacta con los sindicatos alemanes la semana laboral de cuatro días

Volkswagen (VW) ha conseguido poner freno a la destrucción de empleo que amenazaba, al menos, a 30.000 trabajadores en las seis plantas de producción de la República Federal de Alemania. Tras cinco rondas de negociaciones (la última, de 13 horas, finalizó el jueves a las cinco de la madrugada), la empresa y el sindicato IG-Metal han llegado a un acuerdo que permite mantener el nivel de empleo durante los próximos dos años. La semana laboral de cuatro días consagra una forma de afrontar la crisis y entra en la escena histórica de las relaciones laborales

El acuerdo final, la semana laboral de cuatro días, no ha sido hecho público en detalle y necesita todavía de la aprobación de la "gran comisión negociadora del sindicato", cuyas exigencias, en principio, parecen verse cumplidas.VW acepta reducir a 28,8 las 36 horas actuales de trabajo semanal. A cambio, el sindicato IG-Metal se resigna a una reducción salarial que se estima en el 10% de promedio.

Tanto los representantes de la empresa como los de los trabajadores han calificado de satisfactorios los resultados del pacto. VW considera que puede ahorrar un 20% de sus costes de personal (aproximadamente 1.800 millones de marcos) y los sindicatos se dan por satisfechos con mantener la cuantía mensual de los salarios, aunque renuncien a las pagas extraordinarias y a la subida ya pacta da para este año de un 3,5% amén de comprometerse, el año próximo, a la congelación salarial.

El compromiso representa una válvula de escape para el fabricante automovilístico alemán, que celebra hoy, viernes una reunión de su Consejo de Administración en la que el acuerdo con los sindicatos es lo único que puede festejar, pues su balance sigue en números rojos y su porcentaje de participación en el mercado mundial ha caído el 12,5% en comparación con el año anterior.

El acuerdo de Volkswagen ha sido aplaudido por la Confederación de Sindicatos Alemanes (DGB) y su portavoz Michael Geuenich, quien lo ha definido como "un modelo piloto en la búsqueda de soluciones que aseguren la conservación de puestos de trabajo" Pero la Federación de las Industrias Alemanas (BDI) quiere evitar que cunda el ejemplo y según su presidente, Tyll Necker, para poder aceptar disminuciones de jornada del 20%, como las de la semana de cuatro días, las reducciones de salario tendrían que ser de un porcentaje mayor.

En el resto de las empresas automovilísticas alemanas no hay, de momento, intención de seguir la senda de VW. David Herman, presidente de Opel, con la que VW tiene un contencioso a raíz del cambio del ejecutivo español José Ignacio López de Arriortúa, considera el acuerdo una respuesta equivocada. BMW, que desde 1988 practica la semana de cuatro días pero con 36 horas, considera que lo importante es ampliar la capacidad de producción, no reducirla, y sólo Daimler-Benz (que debe reducir en todo el mundo 51.000 puestos de trabajo) juzga positivo que los sindicatos acepten un reparto del trabajo, pero sin compensación salarial.

El Consejo de Administración del consorcio VW, que se reúne hoy por última vez este año, acogerá con alivio el acuerdo con los sindicatos como una de las pocas noticias positivas del ejercicio junto con el informe de los investigadores independientes que "limpian la imagen del jefe de compras del grupo, José Ignacio López de Arriortúa, de las acusaciones de espionaje industrial a General Motors", según la opinión de un portavoz del grupo automovilístco recogida por Efe.

Los consejeros se reúnen con la certeza de que el presidente de VW, Ferdinand Piëch, no podrá cumplir la promesa de cerrar en 1993 el balance del grupo con unos resultados equilibrados y se verá obligado a efectuar un nuevo recorte en las inversiones previstas para el periodo 1994-1998. En Alemania, país en el que la cifra de paro prevista para 1994 se aproxima al récord de los cuatro millones de parados, se debate más que nunca si el caso de VW puede servir de ejemplo a otras empresas y sectores.

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