La prensa sin investigación conduce a la uniformidad y al sensacionalismo
Congreso en Locarno sobre información y responsabilidad
El drama de muchos periódicos europeos es que "cuentan lo que ya saben todos". De ahí que el 90% de sus noticias sean las mismas que las de sus colegas, por lo que se las reviste de "espectacularidad" para que parezcan diferentes, cuando la distinción debería nacer de la diversidad de las noticias, fruto de un periodismo de investigación. Fue éste -junto con la responsabilidad ética, la independencia frente al poder y la difícil conjugación entre el derecho a informar y el deber de respetar la intimidad- uno de los temas más debatidos por los 30 expertos asistentes al congreso sobre Información y responsabilidad, celebrado en Locarno (Suiza).
La mayor preocupación puesta de manifiesto en las tres jornadas del congreso, organizado por Antonio Spadafora, el director de la modernísima Biblioteca Cantonal, fue la de que los medios de comunicación se dejen obsesionar por la "noticia espectáculo" en detrimento de la calidad, y que el tema de la "responsabilidad ética" no acabe siendo una bonita y cómoda excusa para publicar lo que más bien interesa al poder.Según uno de los grandes teóricos italianos de la información, Angelo Guglielmi, director del Canal 3 de la RAI, el llamado "periodismo de investigación" está llamado a tener un gran relieve, porque de lo contrario se llegará muy pronto a la "homologación" de la información o bien a una cada vez mayor espectacularidad de la misma.
Olvidarse de algo tan obvio como que la noticia es revelar "algo que no se conoce" y que, por tanto, es "interesante" para el lector es, según Guglielmi, la muerte misma del periodismo, ya que "sólo la realidad que escapa a la norma es noticia". De ahí, añadió Guglielmi, que no sea noticia que un hospital cure a la gente o que un servidor del Estado sea honrado, sino que sea ladrón o que la gente muera por negligencia donde debería restablecerse.
"Seudoacontecimientos"
Enrico Morresi, director de la Red 2 de Radio Suiza, el canal cultural, ironizó sobre "el derroche de medios humanos y financieros" de cientos de periodistas que corren a una conferencia de prensa o a los actos organizados ex profeso para la información por parte del poder -"a los que Dominique Wolton llama "pseudoacontecimientos"- para después contar todos lo mismo.Y afirmó que hoy un periódico triunfa si sabe ser, por lo menos en parte, "distinto" por su información propia, o por su calidad global, o por la capacidad de análisis del bombardeo de información que nos invade.
Mauro Wolf, catedrático de Técnica del Lenguaje Televisivo de la Universidad de Bolonia, afirmó que la mayoría de los medios de información está dando la espalda a lo que hoy es esencial en cualquier empresa que se digne de ser tal: la calidad del producto.
Hoy, dijo, el esfuerzo mundial de todas las firmas es cómo ofrecer un producto mejor hecho, con mayor tecnología, seguridad y seriedad. Ya nadie compra hoy un coche porque le regalen con él una bicicleta. Lo que quiere es un coche seguro, robusto, de alta tecnología, y si ademas es estético, aún mejor. ¿Por qué se piensa entonces que un diario o una televisión pueden triunfar sólo con "espectacularidad", con operaciones exclusivamente comerciales, con sensacionalismo barato, y no por su calidad técnica y estética, por su objetividad, por su independencia del poder, por sus noticias interesantes o exclusivas?
El catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Roma Stefano Rodotá, de la Fundación Lelio Basso y diputado europeo del PDS, durante la discusión sobre la antinomia deber de informar y respeto a la intimidad, subrayó que todo proceso democrático es indisoluble de la libertad de información y que, en definitiva, el derecho a la información libre coincide con el derecho mismo a la democracia. Y añadió que si los ciudadanos son los destinatarios del derecho a la información, deben tener acceso a la información y deberán poder controlar las fuentes de la misma. Y en cuanto el respeto a la intimidad, distinguió entre el personaje que "escoge" ser público, y que debe someterse al control de los ciudadanos, y el que se convierte en público sin quererlo, como lo son la víctima y el verdugo, en cuyo caso el problema cambia radicalmente y tienen todo el derecho "a mantener la exclusividad de su vida".
A favor de la tan maltratada profesionalidad de los periodistas habló Angelo Agostini, director del Centro de Investigación Periodística de la Universidad de Bolonia, quien afirmó que hoy la Redacción de un periódico es cada vez menos responsable de la publicación, ya que sobre ella deciden, sobre todo, los editores y la propiedad.
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