En rojo y negro

El rostro de la "segunda República" italiana se clarifica. Dos fuerzas han emergido en la primera vuelta de las elecciones municipales parciales del 21 de noviembre. En la izquierda, el Partido Democrático de Izquierda (PDS), ex comunista, se reafirma como una agrupación progresista; a la derecha, el Movimiento Social Italiano (MSI), neofascista, y la Liga Lombarda se benefician del hundimiento de la Democracia Cristiana.En Roma, Venecia, Génova y Nápoles, los candidatos apoyados por el PDS están en buena posición para conseguir la alcaldía, pero esto no debe hacer olvidar que en numerosas ciudades, como la capital, las listas de extrema derecha se sitúan a la cabeza. (...) La Democracia Cristiana y los partidos del centro están ante una difícil elección: si se colocan en las municipales detrás del PDS y sus aliados para cortar el paso a la Liga o al MSI, corren el riesgo de ver a sus electores abandonarlos todavía más. La otra hipótesis es constituir un polo de centro-derecha dominado por las formaciones más radicales. (...)

En un contexto extraordinariamente móvil, marcado por un activismo judicial a veces excesivo y desordenado y por una agitación política febril, el pueblo italiano hace gala de una notable sabiduría. Quiere el cambio, sin duda alguna, y manifiesta a cada ocasión su recelo frente a los hombres y partidos que han encarnado durante cuatro decenios el malgoverno y la corrupción.

, 23 de noviembre