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La defensa del niño A culpa al otro de cometer el crimen de Liverpool

El abogado de B pide un veredicto de homicido para ambos acusados

Enric González

El juicio de los dos niños de Liverpool acaba como empezó: con acusaciones mutuas. El abogado defensor del niño A culpó ayer al niño B (los nombres reales no pueden utilizarse) de la muerte del pequeño James Bulger, y señaló que su cliente había sido poco más que un testigo presencial de la tragedia. El defensor de B admitió la responsabilidad de su cliente, pero afirmó que A era igualmente culpable y pidió un veredicto de homicidio para ambos. El fiscal reclamó al jurado, el pasado viernes, un doble veredicto de asesinato.

David Turner, abogado defensor de A, inició su alegato final con una acusación directa contra B: "Saben ustedes que el niño A insiste, ha insistido siempre, en que el ataque contra el pequeño James Bulger fue iniciado y efectuado por el niño B. No es ningún placer para mí lanzar una acusación de este tipo contra un chico que sólo tiene 11 años. Pero debo afirmar que por la razón que fuera, una razón que nadie sabrá jamás, quizá arrogancia, quizá uno de esos súbitos cambios de humor que se hicieron evidentes durante los interrogatorios, el niño B lanzó una sostenida agresión contra el pequeño James".El abogado rechazó la hipótesis del fiscal, Richard Henriques, sobre la supuesta premeditación del crimen. "Jamás hubo ningún plan diabólico para secuestrar al niño y matarle", dijo Turner. "Estos dos niños no habían cometido hasta ese día delitos mayores que faltas a clase, alguna gamberrada o hurtar en alguna tienda. ¿Les cabe a ustedes en la cabeza que, de repente, planearan un asesinato?", preguntó a los doce miembros del jurado.

El abogado sugirió que los dos acusados se aburrían en el centro comercial The Strand el pasado 12 de febrero, y "uno u otro pensó que sería divertido irritar a una madre haciéndole creer que había perdido a su hijo". Lo que comenzó como una broma de mal gusto, se convirtió en una tragedia. Los dos acusados acabaron encontrándose errando por un parque, con un pequeño que lloraba y con el que no sabían qué hacer.

Sin premeditación

David Turner proclamó su convicción de que, hasta el último momento, junto a la vía férrea, no hubo intención de matar por parte de ninguno de los acusa dos. "Caminaron durante casi cuatro kilómetros por las calles más transitadas del barrio, sin ocultarse en ningún momento, y fueron vistos con el pequeño por docenas de testigos. ¿Es compatible todo eso con la premeditación? Yo pienso que no".

El defensor de A repasó las declaraciones de los testigos y subrayó que sólo uno dijo haber visto a su cliente en contacto físico con la víctima. Fue una escena "fugaz, entrevista por el retrovisor de un coche, de la que no deberían sacarse conclusiones". En cambio, B había mantenido un contacto casi continuo con James. Fue B, por ejemplo, quien fue filmado por las cámaras del centro comercial dando la mano al pequeño. Y fue B quien le llevó casi todo el camino hasta la vía. "¿Puede caber duda de cuál de los dos acusados tenía el control y la iniciativa?", preguntó al jurado. "Es nuestro penoso deber", dijo, "decirles que toda la evidencia señala al niño B".

David Turner insinuó que los acusados habían intentado que un adulto les librara de James Bulger. Explicó que cuando una mujer preguntó a los dos niños por el pequeño al que llevaban de la mano, "A le respondió que no le conocían, que le habían encontrado en el parque y le llevaban a una comisaría. Nada más lejos de mi intención que atribuir responsabilidad alguna a la señora McCarrick", siguió el defensor, "pero, al decirle algo muy parecido a la verdad, ¿no estaban invitándola a intervenir en el asunto?".

El abogado de A intentó justificar una pesada prueba forense, la marca del zapato de su cliente en el rostro de la víctima, con una supuesta pelea entre los dos niños. Según él, A intentó sujetar a B para que no siguiera agrediendo a James Bulger y, accidentalmente, "en el caos de la situación", pisó al pequeño. Para concluir, el abogado recordó una de las frases de la confesión de B, el único de los dos acusados que ha reconocido su plena participación en el crimen: "B no dijo 'le matamos', ni 'A le mató', sino 'yo le maté'".

El abogado defensor de B, Brian Walsh, tomó la palabra a continuación. Y arremetió contra la defensa de A: "Escuchando al señor Turner hacer lo mismo que intentó hacer el niño A en sus declaraciones, esto es, culpar de todo a B, tal vez hayan ustedes olvidado alguna prueba forense". "Les pido que recuerden", siguió, "que, según los forenses, la huella del zapato de A en la cara de James Bulger procedía de una patada. No un pisotón, sino una patada".

Influencia

Brian Walsh describió a su cliente como un niño complicado, muy sometido a la influencia de su amigo A. Y recordó al jurado las palabras de B cuando fue detenido: "Ese chaval (A) siempre me mete en líos". Según Walsh, B quiso confesar la verdad desde el primer momento, pero no lo hizo "por miedo a que su madre, una mujer de muy fuerte personalidad, dejara de quererle". En los interrogatorios, el jurado pudo escuchar la voz de la madre de B negando que su hijo pudiera estar envuelto en un asesinato.

Walsh subrayó que "finalmente, B confesó toda la verdad, cosa que no hizo A", y mostró 11 un arrepentimiento sincero". "No estoy diciendo que B sea inocente". "Lo que digo", proclamó el defensor, "es que B intentó causar daño a James Bulger, pero no un daño grave, no un daño que pudiera causar la muerte". "Por esa razón, B no puede ser culpable de asesinato, aunque el homicidio sería ciertamente una posibilidad".

De acuerdo con la versión de Walsh, B estaba dispuesto a acompañar a James Bulger hasta una comisaría cuando el trío topó con la señora McCarrick. "Pero A decidió, por el contrario, que debían ir hacia la vía férrea", explicó. Una vez allí, "con James Bulger llorando, uno de, los dos acusados, en mi opinión A, quiso acallar al pequeño y usó la violencia con el horrible resultado por todos conocido".

El juez efectuará hoy una recapitulación para el jurado, que iniciará mañana sus deliberaciones. El veredicto se espera para esta misma semana.

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