Soy una perdiz

Soy una perdiz. Nací en un pueblecito de Guadalajara, cerca del Tajuña. Éramos cinco en mi pollada, pero sólo tres llegamos a adultos. A dos de mis hermanos los mataron a pedradas dos chiquillos cuando apenas habían aprendido a volar. Como todas las de mi especie, en invierno emigro hacia el Sur, pero África no me gusta tanto como España, ¡qué campos..., qué praderas ... ! Lamentablemente cada vez quedamos menos. Yo sólo he hecho dos nidadas en mi vida, y ninguna pasó de los pocos días. Una me la aplastó un tractor cuando aún no habían salido del cascarón. La otra se achicharró en una quema de rastrojos. Es triste ver cómo los amigos van desapareciendo. Cuando no son águilas ni halcones son los pesticidas o los cazadores. ¡Ah, los cazadores! ¿Por qué nos persiguen? ¿Para comer? No. He visto cazadores con 10 de mis compañeras colgando del cinto que nos seguían disparando, y no creo que tengan tanta hambre. ¿Cuándo, entonces, un cazador deja de disparar? Mis muchas horas de vuelo me respondieron. Cuando se le acaban los cartuchos o cuando se les hace tarde. Entonces... ¿nos matan por deporte, como dicen ellos? Deporte es un ejercicio físico que divierte, ¡ah, claro!, nos matan porque les divierte. Nos matan por diversión... ¡Qué manera más absurda de morir!-