El 49% de los rusos no ha decidido su voto ante la nueva Constitución

La campaña electoral rusa arrancó ayer con la seguridad entre los reformistas de que va a ser difícil conseguir votos suficientes a favor de la Constitución presidencialista presentada por el presidente ruso, Borís Yeltsin, que será so metida a referéndum el mismo día de las elecciones legislativas, el 12 de diciembre. Por ello, los diferentes grupos en que se divide el Gobierno han superado cualquier discrepancia en este punto y unen sus fuerzas a favor del sí a la Constitución.

SEBASTIÁN SERRANO Moscú

Más allá del Gobierno, incluso el canciller alemán, Helmut Kohl, echó un cable a la Constitución rusa y a Yeltsin, con quien se reunió ayer aprovechando la escala que hizo en Moscú en su regreso a Alemania desde Pekín. Kohl apoyó el texto constitucional, pese a las modificaciones presidencialistas de última hora, y pidió a los ciudadanos de Occidente que "no transfieran sus baremos directamente a la realidad rusa". Tras dos horas de charla, buena parte de ella en la sauna de una dacha de los alrededores de Moscú, Kohl fue taxativo: "Confío en Yeltsin", dijo, y en su voluntad de conducir Rusia hacia la democracia y el mercado.Una encuesta difundida el domingo había puesto de manifiesto la cruda realidad: tres cuartas partes de la población rusa no tiene ni idea del contenido de la Constitución y la mayoría de ellos (el 49% del total de los encuestados) no sabe si votará sí, no o se abstendrá. De entre los que saben lo que van a hacer, los votos afirmativos duplican a los negativos. Para que la Constitución resulte aprobada ' debe votarla la mitad del censo.

Anoche se emitieron los primeros programas de propaganda gratuita por televisión, lo que convirtió la jornada de ayer en la del inicio oficioso de la campaña electoral. Significativamente, Yegor Gaidar, el padre de la reforma económica rusa y líder del principal grupo reformista, Opción de Rusia, dedicó buena parte del día a alentar a altos funcionarios de la región del Volga para que organizaran en sus respectivos territorios intensas campanas propagandistas en favor de la Constitución.

Galdar explicó a sus interlocutores que el texto propuesto por Yeltsin debía apoyarse para acabar de una vez por todas con una Constitución de la época soviética, que ya es totalmente inservible.

El proyecto que se somete a referéndum, en cuya redacción final influyó decisivamente el propio Yeltsin, plantea problemas a dos niveles: es extremadamente presidencialista, lo que hace que el Parlamento tenga un papel secundario, y supone un giro centralista sobre acuerdos anteriores alcanzados con las repúblicas. Ambos planteamientos (presidencialismo y centralismo) son rechazados por el viceprimer ministro Serguéi Shajrái -líder de la otra opción reformista gubernamental-, lo que no le impide abogar por el sí.

El sí de las fracciones gubernamentales contrasta con la abstención propugnada por el grupo también reformista encabezado por el economista Grigori Yablinski.

Los más claramente partidarios del no son los comunistas, que ayer tuvieron oportunidad de rechazar la "Constitución bonapartista" en su primera aparición televisiva.

El Partido Democrático de Rusia, uno de los grupos que reclama el centro político, también anunció ayer su no.