El plan puente de carreteras sacará a concurso 1.700 kilómetros de nuevas autovías hasta 1995

Los españoles van a familirizarse con un nuevo uso de la palabra puente. El ministro de Obras Públicas, José Borrell, lo ha puesto en circulación al extenderlo a un conjunto de planes con los que trata de cubrir la planificación de obras en tanto se apruebe el Plan Director de Infraestructuras. El primero en ver la luz será el Plan Puente de Carreteras, cuya presentación está prevista para antes de que finalice el año. Se trata de un plan ambicioso, con unas inversiones previstas de 1,2 billones de pesetas, la mayoría de las cuales se destinarán a financiar, entre 1993 y 1995, 1.700 kilómetros de nuevas autovías

En realidad, a los gallegos, va lencianos y andaluces el Plan Puente de Carreteras les va a de cir poco. Ya están cansados de escuchar que las autovías de Galicia, la de Levante o el tramo Bailén-Granada tienen luz verde desde hace tiempo. Estos tramos fueron excluidos del Primer Plan de Carreteras (1984-1991), pero se fueron añadiendo a los compro niÍsos del Estado a fuerza de presionar las comunidades afectadas.Para ubicar estos convenios en la planificación del Ministerio de Obras Públicas, Transportes, Comunicaciones y Medio Ambiente, se diseñó un plan de desarrollo regional (1991-1993) como marco de referencia para la CE con el fin de identificar objetivos de sus ayudas comunitarias.

Las llamadas autovías gallegas (Benavente-La Coruña y Benavente-Vigo) que figuran en el Plan Puente de Carreteras ya han comenzado a contratarse. Los tramos que faltan para con cluir la autovía de Levante (Honrubia-Requena) están en periodo de información pública o a punto de licitarse, y la auto vía Bailén-Granada, fruto de un convenio con la Junta de Anda lucía, se encuentra en la misma situación. Otro tanto ocurre con la proyectada entre Zaragoza y Huesca.

Lo verdaderamente nuevo del Plan Puente de Carreteras, que todavía no está cerrado y podría modificar los trazos dibujados en el gráfico que aparece en esta página, es la prioridad que e otorga a determinados tramos de futuras autovías y la asignación de recursos durante los próximos dos años.

De los 1,2 billones presupuestados, 1,05 irán a pagar 1.700 kilómetros de nuevas autovías; 105.000 millones de pesetas se destinarán a variantes y duplicaciones de calzadas en los accesos a poblaciones, y 73.000 millones se dedicarán a inversiones en acondicionamientos de la Red de Carreteras de Interés General del Estado (RIGE).

Vías perpendiculares

En el primer capítulo, la mayor tajada de fondos se la llevan las autovías gallegas, debido a la complejidad de su orografía. La prolongación de la autovía del Cantábrico hacia Asturias, la autovía de Levante y el tramo Bailén-Granada le siguen en importancia. Los demás tramos responden en su mayoría a las primeras fases de la red de carreteras de alta capacidad apuntada por el Plan Director de Infraestructuras; una red que escapa al concepto de ejes radiales e intenta articular el territorio mediante una malla de itinerarios perpendiculares o transversales.A este concepto responde el tramo Mérida-Sevilla de la recuperada Ruta de la Plata, o los tramos Huesca-Zaragoza y Segorbe-Sagunto de la autovía que enlazará el Levante con Francia en el primer eje transversal del Ebro y Pirineos, que se cierra con el túnel de Somport y cuyas obras han sido adjudicadas hace unas semanas. Los tramos Tordesillas-Salamanca, en la ruta de los portugueses, y el de Huelva-Ayamonte encajan también- en esta idea, aunque se perfilan claramente como canalizadores del tráfico cada vez más numeroso con Portugal.

La Comunidad Valenciana recibirá 14.095 millones, que serán distribuidos entre la capital, Gandía y Elche. Las obras que rondan o superan el millar de millones serán el puente Nueve de Octubre-Maestro Rodrigo (950 millones), el enlace Juan XXIII-Emilio Baró (1.500), la Ronda Sur-Ausias March (2.500), la duplicación del acceso al aeropuerto de Manises en la capital y el enlace Alcáser-Picassent. Fuera de la capital de la comunidad destacan la circunvalación sur de Elche, en la que se invertirán 5.100 millones de pesetas, y el acceso al puerto de Gandía.

De las inversiones previstas para Madrid (9.000 millones), destacan dos obras cuya urgencia reclaman millares de usuarios todos los días. Una es la ampliación de un tercer carril por cada sentido en la variante de Torrejón sobre la N-II (1.500 millones), que sufre congestión a todas horas; la segunda trata también de una ampliación de carriles entre Cuatro Vientos y Alcorcón (1.300 millones) en un tramo que aparece diariamente en los partes de tráfico por las kilómetricas colas de vehículos que concentra en horas punta.

Muchas de estas obras ya figuraban en el atlas urbano confeccionado por Obras Públicas en 1991. Este atlas resume la desatención que los ayuntamientos han prestado a la ordenación de su propio territorio en los últimos 30 años. Un territorio donde los responsables municipales se han vendado los ojos para no ver crecer el caos urbanístico que taponaba cualquier previsión de acceso a las ciudades. Las inversiones que ahora se abordan tratan de paliar este desaguisado, sólo que a un coste muy superior al necesario si se hubiera liberado suelo para estas previsiones en los planes municipales.