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La CIA y el Pentágono quieren vender imágenes de satélites-espía

Acoso de la empresa privada a un sector hasta ahora secreto

La CIA y el Pentágono estudian entrar en el creciente mercado de observación de la Tierra por satélites. Según declaraciones de responsables de la CIA y de la industria aerospacial ante el Senado de Estados Unidos, el fin de la comercialización de algunas imágenes sería doble: rentabilizarlas e impedir que se rompa el monopolio oficial del espionaje al disuadir a los inversores privados estadounidenses de construir y explotar sus propios satélites de observación e incluso de venderlos a otros países.

La creciente demanda de imágenes obtenidas por satélite para usos comerciales civiles y gubernamentales ha convertido en éxito total la iniciativa francesa de lanzar la serie de satélites Spot, dotados de una alta resolución. También Rusia comercializa imágenes de este tipo. Mientras tanto, en Estados Unidos, la agencia encargada de la seguridad nacional, la CIA, y el Ministerio de Defensa se han negado hasta el momento a hacer públicas las imágenes obtenidas por su red de satélites de observación, la más vasta y avanzada tecnológicamente del mundo.También se han negado a que otros países puedan comprar a Estados Unidos satélites espías. Entre los países que tienen o han tenido interés por obtenerlos están España, Corea del Sur y los Emiratos Árabes Unidos.Pero ahora se lo están pensado, porque tienen que responder a la petición de varias empresas privadas de entrar en el mercado con sus propios satélites. El director de la CIA, James Woolsey, en su testimonio ante el senado el pasado miércoles, señaló que intenta equilibrar dos intereses conflictivos: "Proteger las fuentes y métodos de espionaje", por medio de la restricción de las imágenes que se van a vender, o permitir a la industria estadounidense aerospacial mantener puestos de trabajo con su entrada en un área en la que ya compiten empresas extranjeras. Un portavoz de la CIA ha señalado que este organismo no quiere perjudicar a las nacientes empresas de un sector entre cuyos clientes estarían otros gobiernos, medios de comunicación, científicos, cartógrafos, planificadores urbanos, empresas de servicios.

Junto con los militares, está considerando diversas opciones, todas ellas fuente de ingresos: vender imágenes "en tiempo real", que serían las que tendrían mayor demanda, o vender imágenes antiguas, de meses o incluso años de antigüedad.

Los representantes de la industria han pedido que el Gobierno venda sólo, en todo caso, imágenes de baja resolución y antiguas. Los satélites-espía de Estados Unidos pueden llegar a leer desde 600 kilómetros de altura la matrícula de un coche y son diseñados y fabricados desde 1960 por la Oficina Nacional de Reconocimiento, un organismo cuya existencia se mantuvo oficialmente en secreto hasta el año pasado. Una resolución aceptable para usos comerciales es la que permite reconocer objetos de sólo un metro cuadrado de superficie.

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