Miles de personas se manifiestan por la paz en Irlanda del Norte

La exigencia popular de paz se hace cada día más intensa en el territorio de Irlanda del Norte. Entre 10.000 y 15.000 personas se manifestaron ayer en 14 localidades de la región para pedir el cese de la violencia sectaria y un acuerdo de pacificación "que integre a todos".

Hubo también minutos de silencio en casi todas las escuelas de la isla, tanto en el norte como en la República de Irlanda, y un llamamiento conjunto de los sindicatos y la organización empresarial Confederación de la Industria Británica. John Alderdice, líder del partido antisectario Alianza, afirmó que la ciudad de Belfast era "Berlín, unos días antes de la caída del muro".Alderdice estaba entre el público asistente a la manifestación en el centro de Belfast. Según él, las expectativas de la población norirlandesa eran inmensas. "Está a punto de suceder algo aun mas importante que el acuerdo anglo-irlandés de l985", aseguró Alderdice. "No sé, ni creo que nadie sepa, qué es lo que ocurrirá exactamente, pero mi impresión es que las estructuras de la violencia se desmoronarán en muy poco tiempo, como se desmoronaron los Estados del Este europeo en 1989", explicó el dirigente de Alianza.

Alderdice admitió que la próxima cumbre de los primeros ministros de Irlanda, Albert Reynolds, y el Reino Unido, John Major, el día 3 de diciembre en Dublín, había despertado "una esperanza tan grande que puede ser peligrosa, si se ve frustrada", pero insistió en que el ansia de paz era "imparable".

Dos iglesias

Sindicatos, patronal, organizaciones comerciales, Ayuntamientos y las dos grandes Iglesias (protestante y católica) presentaron, tras las manifestaciones, su plan para convertir la próxima Navidad en un gran mensaje de paz.Cada abeto navideño, cada escaparate, cada felicitación, llevarán este año la inscripción "La paz es el perfecto regalo navideño para cada uno de nosotros". El lanzamiento de la campaña coincidió con la ceremonia de

encendido de luces en el tradicional árbol de Navidad frente al Ayuntamiento de Belfast, que congregó ayer a varios miles de personas.

En todas las manifestaciones se leyeron textos similares, en los que se daba prácticamente por terminada una época oscura, casi 25 años de violencia sectaria que han causado cerca de 3.500 muertes.

Mirar al futuro

"No nos reunimos para condenar ninguna atrocidad, como hemos hecho tantas otras veces. No queremos pensar más en el pasado. Desde ahora, miraremos sólo hacia el futuro", decía el texto leído en la manifestación de Belfast."Todos hemos escuchado durante demasiado tiempo el ruido de las explosiones y los disparos. Lo que queremos oir es el fragor del silencio, de la paz", afirmó un joven sindicalista.

Las campañas populares en favor de la paz están desbordando a la clase política norirlandesa, que guarda silencio y espera a ver qué ocurre en el encuentro político del próximo día 3. En los partidos parece cundir la impresión de que el público no quiere más intransigencia, sino negociación y, si es necesario, renuncia. Pero no se disipa el temor a un fiasco.

"Estoy convencido, seguro, de que la paz está en camino. Pero una desilusión ahora causaría un nuevo baño de sangre, un nuevo tropiezo, en el que no quiero ni pensar", comentó Alderdice, que se ha dedicado en los últimos años a tender puentes entre las dos comunidades, la protestante probritánica, partidaria de mantenerse como parte integrante del Reino Unido, y la católica republicana, que defiende la integración en Irlanda.