Yeltsin prepara el endurecimiento de las leyes de orden público

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, ha dictado a sus colaboradores las líneas maestras de un plan de orden público que supone el endurecimiento de las leyes relacionadas con la seguridad ciudadana. Con este plan el presidente ruso pretende afrontar las nuevas realidades que el cambio de régimen y la crisis económica han generado: la mendicidad, la delincuencia juvenil y las bandas armadas, políticas o no.

El abanderado de la lucha contra el desorden ha sido hasta ahora el alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov, que aprovechó a fondo el estado de excepción que siguió a los enfrentamientos para expulsar de la capital a miles de ciudadanos del Cáucaso, a algunos de los cuales se les atribuían actividades mafiosas. Desde el lunes, Luzhkov ha impuesto una tasa diaria a los ciudadanos de antiguas repúblicas soviéticas que visiten más de un día Moscú. Y para acabar de controlar la afluencia de extranjeros indeseables, Yeltsin incluye ahora en su plan la introducción de visados para todos los ex soviéticos que quieran entrar en Rusia.Las nuevas medidas deberán tomar cuerpo legal en lo que queda de año y la mitad del próximo, según anunció ayer el Kremlin. Entre ellas figura el aumento de penas a los miembros de organizaciones armadas iegales y mayores atribuciones policiales en el registro de pasajeros en todo tipo de transportes. La prevención de la delincuencia juvenil, la adopción de medidas de ayuda y presión para afrontar el problema de la mendicidad y cambios en el decreto de libertad de comercio, para regular un sector caótico, son otros de los aspectos que aborda el plan.

Yeltsin finalizó ayer su visita a Tula, una ciudad típica del complejo militar industrial, donde asistió a la celebración de unas maniobras de la división aerotransportada que participó en la toma de la Casa Blanca el 4 de octubre. Acudió vestido con uniforme militar de campaña para dejar claro que él es "el comandante en jefe" del Ejército, como se autodefinió varias veces en la entrevista emitida el martes por televisión. En ella criticó la indecisión de su ministro de Defensa, Pável Grachov, a la hora de reprimir la rebelión de octubre. Grachov, sin embargo, le acompañó ayer en las maniobras.

El presidente subrayó que la nueva doctrina militar rusa prevé la creación de unidades como la de Tula. "Móviles, bien dotadas de armamento y bien preparadas", dijo, "formarán la base del Ejército ruso profesional".

Dentro de los preparativos electorales, Guennadi Ziugánov, líder del Partido Comunista de Rusia (PCR), aseguró ayer que su objetivo principal no son tanto las elecciones como conseguir que los rusos rechacen la Constitución "bonapartista" que el mismo 12 de diciembre Yeltsin somete a referéndum. El texto, según Ziugánov, "prepara el terreno para un régimen totalitario".

Las últimas encuestas sitúan al PCR entre las tres primeras opciones del electorado, y la suma del voto comunista y el agrario en la elección de los 225 diputados (la mitad de la Duma o cámara baja) que se votan por el sistema mayoritario puede dar a esta coalición muchas posibilidades si las fuerzas reformistas no pactan y presentan un único candidato por circunscripción.