Una joven británica fue torturada y quemada viva por sus amigos como castigo
La acusaban de contagio de ladillas
Una joven de 16 años fue afeitada, golpeada hasta arrancarle los dientes y después quemada como una antorcha humana. Ese fue el castigo que le propinaron sus amigos, dos mujeres y cuatro hombres, de entre 17 y 29 años de edad, quienes declararon ayer ante un tribunal en Manchester (Reino Unido) y negaron el cargo que les imputan: asesinato.La víctima, Suzanne Caper, fue encontrada desnuda por unos viandantes en un arrabal de Manchester. Las heridas y quemaduras eran tan graves que murió a los cuatro días de que le propinaran la paliza, en diciembre del año pasado.
Los delitos de Suzanne y que, según su pandilla, la hicieron merecedora de un escarmiento, fue el supuesto robo de un abrigo a una mujer, contagiar con ladillas a un amante y tratar de que un árabe ajeno a su pandilla ligara con una de las chicas.
Según informó el fiscal, Peter Openshaw, Suzanne Capper era hija de padres divorciados, se movía entre jóvenes sin empleo ni domicilio fijo y hacía una vida promiscua. Openshaw dijo al tribunal que la policía pudo reconstruir los hechos por los relatos fragmentados de la pandilla, cuyos miembros se culpaban unos a otros de lo ocurrido. "Los seis amigos llevaron a Suzanne a una casa, la torturaron, le afeitaron la cabeza, incluso las cejas, y también le afeitaron el vello púbico".
"Siguiendo como un ritual de humillación", prosiguió el fiscal, "la empaparon de agua y la llevaron al día siguiente a otra casa, donde la ataron a las patas de una cama, quemaron su cuerpo con cigarrillos y la inyectaron anfetaminas. Le colocaron unos auriculares con música heavy a todo volumen y le arrancaron los dientes con tenazas. La dejaron a sola varios días, embadurnada en sus propios excrementos. El dolor debió ser insufrible", dijo el fiscal.
Openshaw afirmó que, ante el temor de que Suzanne Capper pudiera delatarles, sus torturadores decidieron matarla. Robaron un coche, la introdujeron en el maletero, la tiraron en un descampado, la rociaron con gasolina, la prendieron y la dejaron por muerta. No lo estaba. Su agonía duró cuatro días.
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