Un tribunal de EE UU declara inconstitucional la discriminación de los homosexuales en el Ejército
Un tribunal de apelaciones de Washington declaró ayer incostitucionales las restricciones impuestas por el Pentágono al ingreso de homosexuales en las Fuerzas Armadas norteamericanas. La decisión, adoptada por unanimidad de los magistrados, representa un fuerte revés para el Departamento de Defensa, que ha mantenido durante más de 50 años la prohibición de que los homosexuales puedan acceder a las distintas armas.El pasado mes de julio, el presidente Bill Clinton anunció una nueva política basada en la fórmula de no preguntar su preferencia sexual a quienes pretendan alistarse en las Fuerzas Armadas. De acuerdo con la nueva política, el Pentágono permite a hombres y mujeres homosexuales servir en los ejércitos en tanto en cuanto no hagan ostentación de su orientación sexual y se abstengan de desarrollar una actividad sexual. Esta normativa no estaba encaminada directamente a neutralizar la política del presidente Clinton, pero la afecta de forma incuestionable.
La apelación ante el tribunal de Washington fue presentada en el caso de Joseph Steffan, un cadete naval que estaba a punto de recibir su despacho y fue expulsado en 1987 de la Academia Naval después de que uno de sus compañeros revelase que era homosexual. Steffan figuraba entre los primeros de su promoción y no había indicios de que hubiese desarrollado una conducta homosexual. El tribunal ordena ahora a la Marina que dé su despacho a Steffan.
El juez Abner Mikva destacó en su voto que las reglas militares que forzaron a Steffan a dimitir no estaban racionalmente relacionadas con ningún objetivo legítimo. "Por el contrario", indica, las directivas [del Pentágono] excluyen a un grupo particular de individuos sólo identificables por sus pensamientos y deseos, y por ninguna otra razón más que porque a los militares no les gusta ese grupo y le temen".
El Departamento de Justicia norteamericano podría pedir al tribunal de apelaciones una revisión de su decisión o llevar el caso ante el Tribunal Supremo de EE UU.
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