El fuego vuelve al poblado de Peña Grande
A las 16. 15 de ayer recibieron los bomberos municipales una llamada que alertaba sobre un incendio en el poblado chabolista de Pefia Grande (Fuenca rral). Cuando llegaron, 20 minutos más tarde, sóloencontraron los despojos de 14 chabolas que formaban una manzana en un poblado donde hasta ayer había 208 infraviviendas. Los afectados se peleaban al recuperar los objetos que escaparon del fuego.
Hubo algún marroquí que llegó a coger un madero del suelo para golpear a un compatriota al que sus amigos tachaban de drogadicto. "Es primo mío, pero se ha enganchado aquí a la droga, y me avergüenzo de él. Ahora, seguro que ha intentado aprovecharse de la confusión para recoger cosas que no eran suyas", comentaba un joven estudiante de segundo de BUP.Tan sólo una persona tuvo que ser trasladada a un centro médico para cuidar de que la ingestión de humo no se agravara. El resto de los intoxicados por el humo fue atendido en ambulancias que acudieron al barrizal.
Tras el fuego, llegó un momento de tensión en el que muchos hombres discutían en voz alta. En las pocas cosas que coincidían casi todos es que, en teoría, nadie había provocado el fuego y que la causa pudo ser un cortocircuito. Ésa era también la opinión de la policía, que no notó ningún conflicto vecinal.
A las cinco y media de la tarde, otros 15 marroquíes discutían en un corrillo. Uno decía: "Esto es España, éste es el primer mundo; mira lo que tenemos, chabolas y miseria". Su vecino le espetaba: "Pues vete a tu país, ya verás lo que encuentras allí".
El estudiante de BUP le daba la razón al último. "En la vida", decía el joven, "hay que trabajar y sufrir, y si uno tiene mala suerte, pues te aguantas".
Al rato aparecía el concejal del distrito de Fuencarral, Miguel Martín Vela, quien declaró: "Llego con una profunda indignación y vergüenza. Este mes de junio tuvimos una reunión en la Delegación del Gobierno, el Ayuntamiento y la Comunidad, y no se arregló nada. Pasaron las elecciones y no nos volvimos a reunir, a pesar de que yo lo he solicitado tres veces. Hay que dejar de hablar y empezar a hacer cosas".
Eso mismo era lo que decían los representantes de la asociación de vecinos de Joaquín Lorenzo, que habitan cerca de las chabolas: "Estarnos hasta el gorro de que nos llamen racistas. Lo único que queremos es que distribuyan a esta gente por la ciudad, y que si no los quieren dejar en España, que no los dejen, pero una vez aquí, que no se les trate de cualquier manera".
El poblado ha sufrido ya tres incendios. El primero se produjo en agosto del año pasado y calcinó 31 chabolas. Los marroquíes sospechaban de un vecino español que, según ellos, pidió a los agentes que dejasen que las llamas arrasaran el poblado entero.
Causa desconocida
En los archivos policiales consta ese incendio con causa desconocida, de momento. El siguiente se produjo el pasado mes de mayo y siete chabolas quedaron también fulminadas. La Policía Municipal aventuró entonces lo mismo que la Nacional ayer: algún cable de los que pasan por encima de las viviendas pudo producir un cortocircuito. La mayoría de las familias volvieron a construir chabolas en el mismo poblado.
Mientras los vecinos de Peña Grande recogían las cintas de casetes ennegrecidas, las mantas, televisores, cartas de familiares, balones de fútbol y hasta algún libro de oraciones, llegó el cónsul de Marruecos y se puso a hablar con el concejal, que de nuevo volvió a explicar todo lo que, según él, había hecho el Ayuntamiento por esas familias.
En ese momento una marroquí les gritó: "Aquí vienen unos y otros y todos se lavan las manos. Seguro que alguien dirá que las hemos quemado nosotros para que nos den otras casas. Eso es mentira, lo único que queremos es una casa digna, como las que tienen los españoles que trabajan en nuestro país. ¿Nosotros, aquí, qué tenemos? Nada, vivimos como ratas".
El cónsul de Marruecos indicó que ya había previsto una reunión con' los vecinos y con el Ayuntamiento. "Pero realojar a tantas familias no es una cosa fácil", concluyó.
Las familias afectadas fueron realojadas ayer en el albergue municipal de San Blas y en el regional de Damas Apostólicas. Parados, albañiles y asistentas conforman el núcleo profesional de las familias que se quedaron ayer sin hogar.
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