_
_
_
_
Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Menuhin con batuta

La Escuela Superior de Música Reina Sofía inicia un nuevo curso y su Orquesta de Cámara volvió al estrado del Auditorio Nacional para testimoniar la eficacia de un trabajo y, también, para seguir la lección inaugural de Yehudi Menuhin. Lección sin palabras, pues el mítico intérprete, pedagogo y humanista se limitó a dirigir el Concierto en re menor para dos violines, de Juan Sebastián Bach. Pero hay prestigios tan altos que, a veces, la sola presencia y el testimonio ejemplar de una biografía hecha historia, bastan para impulsar un buen hacer. Los jóvenes componentes de la orquesta, cuya cátedra desempeña José Luis García Asensio, respondieron fervorosamente a los cuidados, los acentos, la continuidad, el ritmo o la dinámica que, con su suave gesto, imponía Mentihin. Los hermanos eibarenses Iokine y Aitzol Iturriagagotia, de 19 y 18 años, respectivamente, evidenciaron sus conocidas dotes y recta formación. Parecen buscar lo que, desde muchacho, persiguió Menuliin y cuida Bron, el gran maestro violinístico de la escuela: servir con fidelidad y limpia transparencia a la música.Antes, el grupo de casi 30 solistas procedentes de diversos países, nos dio una versión afectiva y de gran comunicatividad de la Serenata, de Edward Elgar, escrita en 1892 y plena de gusto finisecular; esto es, romanticismo rezagado y sin ventear por los aires de un tiempo que iniciaba todo un proceso de mutaciones sentimentales y estéticas. Signo de Elgar es, siempre, el de la mesura y a él respondieron con exacto control los jóvenes instrumentistas siguiendo las enseñanzas de su director, el violinista José Luis García Asensio.

Escuela Superior de Música Reina Sofía

Cátedra IBM de Orquesta de Música de Cámara. Solistas: I. y A. Iturriagagoitia. Directores: Y. Menuhin y J. L. García Asensio. Obras de Elgar, Bach y Dvorak. Auditorio Nacional. Madrid, 15 de noviembre.

Para final, otra Serenata, mucho más amplia, compleja e inquieta, a pesar de haberse escrito 17 años antes que la del británico: la de Dvorak. Se trata, aunque sólo se utilicen las cuerdas, de una estructura decididamente sinfónica y suponía un envite para la bisoña formación que, en bloque o individualmente, se comportó con verdadera pericia, más meritoria cuando está tan cercana su primera salida pública en junio pasado.

Al fin de la primera parte del concierto, que contó con la presencia de su majestad la reina Sofía, Paloma O'Shea y Joaquín Moya, presidente de IBM España, entregaron a Menuhin las más altas distinciones que poseen.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_