Pekín intenta encarrilar la apertura económica y recuperar el control de las 'provincias capitalistas'
El Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), convocado a pleno por la magnitud de los problemas causados por la apertura económica, debate desde el jueves a puerta cerrada medidas políticas y administrativas encaminadas a encarrilar ese proceso para después de la muerte del anciano Deng Xiaoping, de 89 años, y recuperar el control sobre las provincias abiertas al capitalismo. Los 189 miembros del Comité Central, reunidos en un hotel de Pekín, estudian una profunda corrección del sistema, cuyos detalles tardarán en ser conocidos ya que la modernización en China no incluye precisamente la transparencia informativa. El pleno está previsto que concluya mañana o pasado.
Algunos analistas sostienen que se trata de una de las reuniones de mayor contenido de los últimos años. Sus conclusiones orientarán el futuro de un país que sueña con convertirse en la primera potencia mundial. Las autoridades provinciales pueden resistirse cuando Pekín intente apretar el yugo.Yuan Mu, director de la Oficina de Investigación del Consejo de Estado, ha indicado que los asistentes al encuentro estudian los términos de una nueva fiscalidad general y otra sobre las zonas especiales a fin de reducir el déficit público y disponer de fondos para proceder al cierre o saneamiento de las mastodónticas y ruinosas empresas estatales.
Se analizan también la simplificación. del mercado de cambio, que ahora funciona con tres paridades y dos monedas diferentes; drásticas reformas en el subdesarrollado marco bancario; diferentes cláusulas en la legislación sobre inversiones, y otras cautelas cuyo objetivo fundamental es facilitar el crecimiento sin sobresaltos y equilibrar geográficamente la prosperidad.
Los tumbos en la transición del viejo centralismo hacia la privatización han sido frecuentes y peligrosos desde su comienzo hace 15; años. La gran obsesión del régimen continúa siendo impedir la repetición de situaciones como las registradas en el primer semestre de 1989, cuando, denunciando a gritos la desatada corrupción oficial, el encarecimiento de la vida y el nepotismo, cientos de miles de personas tomaron las calles. El 4 de junio, un escuadrón de carros de combate barrió ' a sangre y fuego la plaza de Tiananmen y acabaron las movilizaciones.
Las nuevas disposiciones en estudio entrarán en vigor en enero para promover "un fuerte impulso de la reforma hacia adelante en consonancia con el pensamiento de Deng", según afirma el diario Wen Wei Po, editado en Hong Kong, pero dominado por el PCCh. Este periódico reconoce la urgencia de la rectificación al calificar de imposible un desarrollo tranquilo cuando la economía salta repentinamente del recalentamiento al enfriamiento y viceversa.
Uno de los asistentes más cualificados del pleno de Pekín es el vicepresidente Zhu Rongji, ejecutor del programa económico, a quien los conservadores acusan de haber permitido que el capital extranjero acumule excesivos beneficios. En junio, Zhu redactó a toda prisa un edicto de 16 medidas para atajar la especulación bancaria e inmobiliaria y el desmadrado crecimiento.
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