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Una particular cueva de Alí Babá

El director de Farmacia italiano se hizo multimillonario mientras autorizaba medicamentos

Picasso, De Chirico y Dalí. Joyas, lingotes de oro y bonos del Tesoro. Los magistrados de Nápoles no dan crédito a la riqueza y la variedad del tesoro de Duiglio Poggiolini, director de Farmacia del Ministerio de Sanidad italiano durante los últimos 20 años, que lleva más de un mes en la cárcel bajo la acusación de haberse enriquecido ilegalmente a costa de las multinacionales.Poggiolini era el hombre clave a la hora de que un medicamento obtuviera la aprobación necesaria para lanzarlo al mercado, y también un miembro destacado de la comisión que establece los precios de los fármacos. Todavía ayer era posible en Italia simultanear la pertenencia a dicha comisión con la asesoría de algún grupo farmacéutico.

"Son el fruto de mi ahorro y los regalos de Navidad que he ido acumulando durante tantos años de trabajo", dijo cándidamente el ex director general, un hombre próximo a la jubilación y con un físico vampiresco, realmente poco agraciado. Pero eso fue cuando los carabineros encontraron la primera parte de su tesoro. Desde entonces, los hallazgos se han multiplicado, y los ahorros del modesto funcionario han pasado a medirse en centenares de millares de millones de liras o decenas de millares de millones de pesetas equivalentes.

El pasado 29 de septiembre, cuando fue registrada una villa romana de Pierr di Maria, de 64 años, la viuda de un amigo de Poggiolini con la que el funcionario había contraído recientemente un matrimonio secreto, los agentes descubrieron las cuevas de Alí Babá tras una puerta blindada oculta por un armario.

Esterlinas de oro, de varias épocas, krugerrands surafricanos, dólares, pesos, monedas holandesas, rusas y hawaianas en metales preciosos. Veinte diamantes, 10 lingotes de plata y más de 100 lingotes de oro, sacados en abultadas cajas que despertaron la curiosidad de los vecinos, constituían, sin embargo, el grueso de aquel primer tesoro, valorado en unos 200.000 millones de liras por las primeras estimaciones.

Luego llegó el turno de las cuentas corrientes, sobre las que la señora Di Maria podría disponer de hasta 30.000 millones de liras con sólo firmar un cheque. Más otros 15.000 millones de liras depositados en bancos suizos.

Los magistrados descubrieron también que la Di Maria tenía toda un red de sociedades para blanquear los fabulosos ingresos 'negros' de Poggiolini, e incluso intereses en supuestos laboratorios próximos a Nápoles que habían recibido generosas partidas de drogas sintéticas aprobadas por su marido. Y la mujer fue a la cárcel, a pesar de sus protestas de que le es imprescindible a su hijo minusválido.

Gracias a las confesiones de Di Maria, el pasado lunes fue encontrado, en un piso de Roma, el pequeño Louvre particular de Poggiolini: más de cincuenta cuadros firmados por artistas como Picasso, De Chirico, Modigliani Dalí, Guttuso, junto a telas italianas del Renacimiento y más bonos del Tesoro por valor de varios miles de millones.

Las obras de arte han sido remitidas para su valoración al Museo Capodimonte, en Nápoles. Mientras, se discute si una circular de Poggiolini por la que se eximió de análisis a partidas de sangre sospechosas de estar contaminadas con el virus de la hepatitis pudo contribuir a la difusión de esa enfermedad y otras como el sida entre los hemofílicos italianos.

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