Alcobendas se pone un lazo amarillo para pedir la libertad de Anabel
Varios cientos de personas luciendo la pegatina con la fotografía de Anabel Segura, la joven secuestrada el pasado 12 de abril en la urbanización La Moraleja de Alcobendas (82.000 habitantes), se concentraron ayer en la plaza del Pueblo de la localidad para exigir su liberación. Si el lazo azul se convirtió en el símbolo para reivindicar que Julio Iglesias fuera puesto en libertad, las entidades ciudadanas de Alcobendas han decidido que sea un lazo de color amarillo el que luzca en las solapas de todos aquellos que quieran mostrar su solidaridad con la familia de Anabel.Un portavoz de los convocantes explicó que el amarillo obedece a la tradición americana de colocar un lazo de este color alrededor de un árbol situado a la puerta de la casa de un familiar ausente por motivos graves.
En el transcurso de la concentración se recogieron cerca de cuatrocientas firmas, que serán enviadas al delegado del Gobierno en Madrid con el fin de evitar que el secuestro de la joven quede en el olvido. Entre los asistentes se encontraba el popular cantante Manolo Escobar -vecino de Anabel-, amigos de la joven, concejales del Ayuntamiento de Alcobendas y Rafael Escuredo, el portavoz de la familia.
Escuredo dijo que no hay nada nuevo, ninguna pista de los secuestradores, y aseguró que desde finales del mes de junio no ha recibido por su parte ninguna llamada. Desde el día del secuestro hasta esa fecha mantuvieron entre 15 y 20 contactos telefónicos en los que los captores les exigieron un rescate de 150 millones de pesetas.
El portavoz de la familia reconoció haber intentado realizar "diferentes entregas fuera de Madrid". Escuredo mantiene la creencia de que el de Anabel fue "un secuestro a boleo" y que sus captores iban a por cualquier vecino de La Moraleja pensando que su familia tendría dinero.
Al finalizar la concentración, una joven de la misma edad que Anabel leyó, como ya sucedió en la anterior marcha, un comunicado redactado en primera persona. En el escrito se sucedían numerosos agradecimientos pero uno con una dedicatoria especial: "La liberación de Julio Iglesias Zamora ha sido para nosotros gratificante; como un chorro de oxígeno nos anima, nos predispone a pensar que pronto se arreglará todo. Ojalá que la sonrisa vuelva a tu cara, Anabel, a la de tus padres, a la de tus familiares, a la de tus amigos".
El texto concluyó con una petición recurrente desde que Anabel fue secuestrada hace seis meses: "Queremos que tus secuestradores sepan que no tienen más solución que devolverte la libertad; que sólo hay un camino, el del diálogo; que sean conscientes de que no hay más salidas. Se lo pedimos con firmeza, pero también se lo pedimos por favor".
Al terminar el comunicado, los 200 concentrados se despidieron emocionados con un largo aplauso de más de dos minutos.
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