Craxi insiste en que tanto partidos como industriales son culpables en Italia
"Los grandes grupos industriales italianos, en forma directa o no, han financiado o ayudado a los partidos y a políticos concretos: desde Fiat hasta Olivetti, Fininvest o el grupo Ferruzzi", ha asegurado Bettino Craxi al juez Antonio Di Pietro. El ex líder socialista comenzó a publicar ayer las actas de sus declaraciones secretas ante el magistrado, entrando así de lleno en las polémicas en torno a la implicación del partido ex comunista en el tráfico de comisiones o a la detención de Carlo De Benedetti, en arresto domiciliario desde la noche del martes, que marcan un momento crítico de las investigaciones.La intervención de Craxi tiene un objetivo claro: difundir la idea de que, siendo todos culpables, nadie lo es realmente. Un argumento que ya había difundido sin mucho éxito. Pero la coyuntura elegida para relanzarlo, con la puesta en escena de cuatro confesiones realizadas en secreto ante Di Pietro, es la ideal para las pretensiones del más investigado de los ex líderes italianos.
Acontecimientos recientes han creado escisiones sin precedentes en la opinión pública e institucional en torno al desarrollo de las investigaciones sobre la corrupción asociada a la financiación de los partidos, que cumplen ya año y medio. La magistratura de Milán se encuentra dividida acerca de si procede o no procesar al senador Marcello Stefanini, único alto dirigente del Partido Democrático de la Izquierda (PDS), ex comunista, presuntamente implicado en un delito de corrupción.
Detención de De Benedetti
La detención de Carlo De Benedetti, el presidente de Olivetti, ha puesto, además, de manifiesto, profundas divergencias entre las magistraturas de Milán y Roma. Los abogados del industrial de Ivrea, que ha sido autorizado a seguir dirigiendo sus negocios desde su apartamento romano, donde fue trasladado a las 23.35 horas del pasado martes bajo arresto domiciliario, seguían asegurando ayer que las magistradas de Roma que ordenaron su arresto no le han preguntado por nada de lo que no hubiera hablado ya en Milán, donde el juez Di Pietro le dejó en libertad como simple investigado.
Por su parte, Luigi Bettazzi, el obispo de Nrea, donde tiene su sede Olivetti, denunciaba ayer que la magistratura de Roma, actúa con dos pesos y dos medidas", cuando decide, por un lado, el arresto de De Benedetti, mientras deja en libertad a Gianni Letta y Adriano Galliani, dos altos colaboradores de Silvio Berlusconi, enemigo de De Benedetti, que están bajo investigación por el presunto pago de comisiones para la obtención de las cadenas de la Fininvest.
Sobre ese ambiente caldeado y viciado de argumentos dudosos desciende Craxi, con más insinuaciones que revelaciones explosivas. Acusa a todos y a nadie en concreto. Recuerda sus estrechas relaciones y amistades con los Agnelli, De Bendetti y Berlusconi, pero asegura que de dinero con ellos no hablaba.
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