Tanto estudias, tanto pagas

Si algo ha quedado claro tras las movilizaciones estudiantiles del pasado día 27, es que una parte importantísima de los universitarios no parecen dispuestos a pagar más por los estudios superiores. Los estudiantes se amparan en que el decreto de tasas supone "un ataque contra la enseñanza pública, y contra las clases sociales más desvaforecidas", mientras la Administración sostiene que el dinero que se recaudaría con la subida del 12% "es vital para las universidades, y de escasa incidencia para los bolsillos de los alumnos" (entre 261 pesetas y 587 pesetas al mes).Un interrogante, aún por resolver, recorre el eje de este nuevo conflicto estudiantil: ¿quién debe sufragar la Universidad? Las opiniones son tan dispares que ni siquiera los propios estudiantes convocantes de las movilizaciones se ponen de acuerdo.

Para los portavoces de la Confederación Estatal de Estudiantes Progresistas, -integrada en la Coordinadora Estatal-, la corresponsabilidad en la financiación de la universidad parece clara. "Entiendo que el estudiante que desee ingresar en la Universidad, pague", señala Jesús Barreiro, miembro de esta asociación, "al fin y al cabo, somos unos privilegiados, apenas representamos el 25% de los jóvenes españoles. Pero sólo se nos puede pedir más si se nos ofrece una enseñanza de más calidad. No vamos a pagar más por lo mismo, y tampoco podemos olvidar que una universidad pública no puede seleccionar por criterios económicos a sus alumnos. La subida no puede ser mayor que la del IPC".

En este último punto coincide el Sindicato de Estudiantes, si bien el asunto de la corresponsabilidad no encaja en sus planteamientos: "La Enseñanza Superior es un derecho, aunque seamos pocos los que accedemos. Lo cierto es que debe sufragarse con fondos públicos, gravando al que más tiene y favoreciendo con una buena política de becas al que menos posee", puntualiza Carlos Ramírez, secretario general de esta asociación en Madrid.

Profesorado

La disparidad de criterios alcanza también al profesorado. El profesor de Sociología de la Complutense José Andrés Torres Mora afirma con rotundidad que la financiación para la universidad "debe salir de los presupuestos generales". Otro profesor de la misma facultad, Enrique Gil Calvo, se aferra a una convicción: "A la universidad sólo llegan unos privilegiados; por tanto, es injusto que toda la sociedad financie sus estudios".

Todas las partes apuntan, no obstante, hacia la necesidad de un debate público: "Sólo así la gente podrá entender las raíces del problema, y valorar si es necesaria una ley de financiación para la universidad".