Corcuera dice estar muy cansado de que se le acuse de recortar las libertades

El ministro del Interior, José Luis Corcuera, reconoció ayer que está muy cansado de que se le diga que quiere recortar las libertades ciudadanas. Cuando el Constitucional tiene en estudio la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida por el apellido de su promotor, y varios miembros de esa magistratura ven aspectos que pueden ser inconstitucionales, Corcuera lamentó en su intervención en el Congreso que haya "muchas varas de medir", y recalcó que él sólo ha recortado las libertades de los delincuentes.

La intervención del ministro se produjo en el Pleno del Congreso al debatir una enmienda a la totalidad presentada por IU-IC al proyecto de modificación de la ley que regula el derecho de asilo y la condición de refugiado. La enmienda, defendida por el diputado de IU Diego López Garrido, sólo logró el apoyo de su grupo -que ni siquiera estaba al completo- y fue derrotada por 279 votos en contra, 12 a favor y tres abstenciones.Corcuera, tras defender el texto del proyecto de ley como está, subió a la tribuna dos veces para, en tono ácido, replicar a López Garrido. El titular de Interior acusó a su oponente dialéctico de ser "más papista que el Papa" por intentar variar sustancialmente un proyecto que ha sido respaldado por organismos internacionales como el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Pero Corcuera, sobre todo, dejó claro con su tono y sus palabras que le habían molestado las alusiones de López Garrido de que esta ley de asilo, como la de Seguridad Ciudadana o la de datos, suponen un recorte de las libertades ciudadanas.

El titular de Interior, tras afirmar que le da "un miedo atroz cierta progresía anarquizante", se acusó de haber pretendido recortar en la ley Corcuera unos derechos: "El que parecían tener los delincuentes de atentar contra la libertad de los ciudadanos. Y lo volveré a hacer 50 veces si hace falta", tronó.

En su turno de dúplica el ministro se mostró cansado por esas acusaciones personales de que quiere recortar las libertades ciudadanas e insistió en que las únicas que ha amputado son las de los delincuentes. Y además se quejó de que haya muchas varas de medir, porque si "toda la progresía del país nos aplaudió" cuando Interior vetó la entrada en España de los neonazis que pretendían reunirse en Madrid -"y estoy dispuesto a hacerlo otra vez", apostilló- en cambio, cuando "se reúne un grupo a gritar gora ETA se me dice que use los mecanismos del Estado de Derecho", dijo el ministro.

La enmienda a la totalidad de Izquierda Unida pretendía dar al derecho de asilo una protección similar a la que tienen los derechos que la Constitución consagra como fundamentales en su Título I. El diputado socialista Francisco Javier Valls García, que defendió la postura de su grupo opuesta a la enmienda, señaló que su grupo estará junto a los que tengan las posturas más avanzadas en materia de derechos humanos, pero que no podía admitir el asilo y refugio como un derecho fundamental. Algo a lo que López Garrido replicó que la cuestión no es un mero tecnicismo constitucional y que no iba a ser él quien le dijese a un refugiado que llega a la frontera, huyendo de una guerra o una persecución, que el refugio que pide no es un derecho fundamental.