Comienza en París el juicio contra nueve cómplices de la banda terrorista vasca
Nueve presuntos simpatizantes de ETA, cuatro vascos españoles y cinco vascos franceses, comenzaron ayer a ser juzgados en el tribunal correccional de París. Los presuntos colaboradores de la organización terrorista fueron detenidos entre el 30 de mayo y el 3 de junio de 1991 en las localidades de Ciboure y San Juan de Luz. El más importante de ellos es José Domingo Aizpurua-Aizpuru, llamado Pitxas, considerado como uno de los principales responsables de la acogida de los comandos de ETA que se replegaban en el territorio francés.La policía francesa investigaba los lazos entre el comando itinerante de ETA desmantelado en España en abril de 1990 y los apoyos logísticos de esa organización en el País Vasco francés. En aquellos momentos, ya seguía la pista de Francisco Múgica Garmendia, el jefe de ETA detenido en 1992 en una villa de Bidart, no lejos de Biarritz.
Pitxas fue detenido el 3 de junio de 1991 por la Policía del Aire y las Fronteras y una unidad de los comandos de intervención especial llamados Raid. En su casa se encontraba también Francisco Javier Pérez-Susperregui, un vasco español acusado de haber pertenecido al comando Navarroa de ETA. Los dos se encontraban en situación irregular en Francia y disponían de una pistola, documentos de identidad falsos y textos de la organización terrorista.
Encarcelado desde entonces en la prisión de Fleury-Méragis, Pitxas está acusado de asociación de malhechores, violación de la legislación sobre las armas, posesión y uso de falsos documentos administrativos, estancia irregular en Francia y vinculación con una actividad destinada a alterar el orden público.
Los otros ocho acusados, liberados y puestos bajo control judicial tras su detención en el sur de Francia, responden de los delitos de complicidad con una asociación de malhechores y ayuda y asistencia a extranjeros en situación administrativa irregular. El juicio culminará hoy.
65 años para Goldaraz
Por otro lado, el fiscal pidió ayer 65 años en la Audiencia Nacional de Madrid para Javier Goldaraz, acusado de trasladar al comando Nafarroa a la Foz de Lumbier (Navarra) para atentar contra una patrulla de la Guardia Civil. El 25 de junio de 1990 el comando asesinó en ese lugar a un sargento que se bajó del vehículo oficial a identificar a los terrorista. Tras ser acorralados, dos de los tres etarras se suicidaron.
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