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Las familias de los trabajadores españoles en Argelia abandonan el país por temor a los integristas

Numerosos familiares de trabajadores españoles en Argelia han decidido regresar provisionalmente a España, para tratar de eludir la oleada de violencia integrista desatada en el último mes contra los residentes extranjeros en el país. Hasta el momento, siete extranjeros han sido asesinados y tres secuestrados. Estas evacuaciones, sin embargo, implican sólo a una parte de los600 residentes que componen el censo de españoles en Argelia, y afectan principalmente a las familias de los trabajadores de empresas como Iberia, Repsol y Dragados y Construcciones.

La decisión de partir fue adoptada a título personal, de acuerdo con las direcciones de estas empresas, pero al margen de las consignas que ha venido impartiendo la Embajada española en Argel. Ésta trata por todos los medios de mantener la serenidad y en ningún momento ha recomendado la evacuación.Las salidas han provocado el atasco en los vuelos regulares de las compañías aéreas, que se han visto obligadas a colocar el cartel de completo en algunos de sus trayectos. Mientras esperan obtener una plaza, muchas personas han sido concentradas en hoteles de la ciudad, siguiendo de esta manera el ejemplo de otras empresas occidentales que han decidido también la evacuación de las familias de sus empleados.

La compañía Michelin y las alemanas Siemens y Mercedes Benz empezaron mucho antes que las empresas españolas a reducir sus plantillas al estricto mínimo y a recomendar el traslado de aquellos familiares que no tienen un trabajo, ni la imperiosa necesidad de permanecer en Argelia.

Desde la sede de la Embajada española en Argel, situada en el corazón de la ciudad, a poco menos de 100 metros del que fue primer cuartel general del partido integrista Frente Islámico de Salvación (FIS), se sigue día a día el movimiento de los residentes españoles y se cumplen con diligencia las instrucciones dadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores. Con ello se intenta, al tiempo que establecer un clima de serenidad, asegurar la protección de toda la colonia en caso de que la situación empeorase.

Los servicios consulares de España en Argelia, centralizados en la capital, Argel, y en Orán, al oeste del país, han puesto al día sus ficheros y tienen perfectamente controlados a los cerca de 600 residentes, incluidas 48 religiosas, dos sacerdotes, 24 hombres de negocios y un periodista, así como la media docena de viajeros y los cinco turistas.

Contacto diario

Por si todo esto no fuera suficiente, se ha establecido, en algunos casos de manera espontánea, un contacto directo y diario con la representación española, sobre todo por parte de aquellos que viven en regiones alejadas de las grandes ciudades o en zonas consideradas como conflictivas. Además, en casos extremos, como por ejemplo los funcionarios de la Embajada y Consulado de España, atemorizados tras el secuestro de sus tres colegas franceses, se ha optado por alojar provisionalmente. a los interesados -mientras dure la tensión- en el domicilio de los diplomáticos, situado al pie de la residencia oficial.

Estas medidas se adoptan en medio de la más absoluta discreción. El embajador de España, Javier Conde, guarda un férreo silencio e invariablemente remite a la prensa al Ministerio de Exteriores en Madrid.

Mientras, Argelia se prepara a vivir, el próximo 1 de noviembre, el 390 aniversario del principio de la guerra de Liberación contra Francia. Centenares de banderas y guirnaldas cuelgan ya en las calles de una capital dolorida por los atentados y controlada por centenares de efectivos policiales.

Repatriación de franceses

Por otra parte, las autoridades francesas estudiaban ayer la posibilidad de repatriar a sus 25.000 compatriotas residentes en Argelia, tras el secuestro, el pasado domingo, de tres empleados del consulado francés en Argel, informa Javier Valen zuela desde París.

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