MÁS MADERA...ESTO ES LA M-30
Viajar a Aranjuez en el Tren de la Fresa evoca tiempos más tranquilos. El sonido del vaivén de unas bielas empujadas por la fuerza del vapor rescata del recuerdo multitud de imágenes: decenas de películas en las que, como aquí, se dibujaba en el aire un rastro familiar, el del humo negro suspendido sobre los raíles. Pero no hay lugar a dudas, la escena se rompe al reparar en la maraña de cables de la catenaria y en el horizonte de modernos edificios de oficinas. Una locomotora cruza la M-30, qué locura.
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