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EL DEBATE SOCIALISTA

González confronta sus ideas con las de Guerra

El líder del PSOE reprocha la utopía del 'número dos' y alerta del riesgo de perder las elecciones

Felipe González, secretario general del PSOE, obtuvo ayer, en la clausura de la asamblea de los socialistas andaluces, un claro respaldo a su proyecto de renovación. En un discurso de una hora, con directas alusiones al sector guerrista, González confrontó la utopía defendida por Alfonso Guerra con la realidad, y apeló a la responsabilidad frente al fuguismo y el escapismo. El líder del PSOE citó la libertad y la solidaridad como valores clásicos de los socialistas, pero advirtió del riesgo de perder las próximas elecciones si el partido se ancla en el pasado. Sus palabras fueron interpretadas como una respuesta a quienes piden un giro a la izquierda. Las restantes intervenciones coincidieron en reivindicar la conciliación y la renovación como patrimonio de todos.

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González rebatió ayer claramente los aspectos que parecen definir el discurso del guerrismo -basado en una reafirmación de los postulados de la izquierda-, e incluso aludió a formulaciones concretas que el vicesecretario general, Alfonso Guerra, había expuesto un día antes en la misma asamblea. El número uno del PSOE contrapuso utopía a realismo y obtuvo una clamorosa adhesión a su liderazgo.González discrepó de quienes creen que el socialismo es una religión y, por tanto, inmutable en sus creencias, y pronosticó sucesivas derrotas electorales si el PSOE permanece anclado en el pasado. El líder socialista animó a que el próximo congreso del partido, previsto para marzo, sea el de la libertad, la unidad, la actualización y la renovación. En todo momento opuso responsabilidad a demagogia y fuguismo. Los renovadores salieron eufóricos de esta conferencia de Granada, con asistencia de secretarios regionales de otras federaciones, en tanto que los guerristas, en ausencia de su líder, aparecían apesadumbrados.

Por dos veces, en medio y al final de su discurso de más de una hora, González pidió a los militantes del PSOE que si creían que está "despistado" o se habían cansado de él, se lo dijeran, ya que está "disponible" para abandonar sus cargos. La oferta fue ociosa. Las casi 3.000 personas que abarrotaban el Palacio de Exposiciones y Congresos le dispensaron muestras inequívocas de adhesión a su liderazgo. Esto le llevó a afirmar que igualmente estaba disponible para "seguir dando el callo". Después, respetuoso con la audiencia, militantes y cuadros medios del partido en su mayoría, les reconoció su esencial importancia. "Si un partido no apoya a un Gobierno, éste dura menos que un real en la puerta de un colegio".

Réplica a Rodríguez Ibarra

En tono muy distendido, sin leer una sola nota, Felipe González rebatió la línea argumental que en los últimos días han ido perfilando los guerristas y singularmente Alfonso Guerra -el jueves en Madrid, y anteayer en Granada, en este mismo foro-. Este sector ha ido expresando un discurso de afirmación respecto a los valores clásicos del socialismo, con llamadas a no perder de vista a su base social, mayoritariamente de izquierda, por el peligro de que un discurso interclasista les puede hacer perder las elecciones. El día anterior, Guerra había puesto el ejemplo de lo ocurrido en Galicia.

González utilizó al presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, "para dar bofetadas a Guerra", destacó un dirigente renovador, consciente de que el secretario general no quería arremeter contra el presidente extremeño, al que trató con especial afecto, sino que le servía como apoyo dialéctico para replicar a Guerra. El líder socialista contrapuso utopía -defendida por Guerra- a realismo y habló de responsabilidad frente a fuguismo y escapismo. Después de afirmar que el PSOE se ha renovado en los últimos años muy eficazmente, señaló que lo pasado, pasado está.

A su juicio, el socialismo es un camino que discurre por una serie de valores que deben ser adaptados permanentemente a los cambios de la sociedad, dado que de lo contrario se convierte en una religión, en un dogma cerrado, que conduce al totalitarismo. González no olvidaba, no obstante, afirmar que los socialistas y él mismo no pueden renunciar a valores clásicos como la libertad y la solidaridad, pero a ellos hay que añadir, dijo, el de la responsabilidad. Lo contrario es huir y hacer demagogia y escapismo, añadió.

Como quiera que entre los presentes se encontraban numerosos concejales y alcaldes, apeló a su sinceridad para que reconocieran que lo que se dice en una tribuna "para quedar bien" choca de bruces con lo que debe ser la gestión diaria y la toma de decisiones para resolver problemas. Así, le pareció escapista que en discursos internos, para satisfacer a la galería, se reniegue del capital, de los empresarios y del mercado. Esto es, a su juicio, claramente demagógico.

Respecto a la alergia que parecen sentir algunos dirigentes de su partido al hablar de "inversiones o empresarios", dejó muy claro su malestar porque en su organización, al hablar de pacto social, se incluyera exclusivamente a los sindicatos. "El pacto social tiene que ser con sindicatos y desde luego con empresarios, que son los que invierten, crean riqueza y empleo. No vamos a descalificar el mercado porque seamos socialistas, y no debemos decir en una tribuna lo contrario de lo que decimos cuando tenemos que gobernar". Remachó la idea con sonoros noes contra la huida de la realidad y la abstracción. Todavía estaban en el ambiente las llamadas del día anterior a la recuperación de la utopía formuladas por Guerra y todos cuantos subieron a la tribuna pertenecientes a su sector.

González se reafirmó asimismo en la necesidad de acabar con el fraude en el desempleo sin hacer alusión a la "inquietud" expresada el día anterior por Guerra, según el cual no se podía poner tanto énfasis en este tipo de fraude y ser más tolerante con el fraude a la Hacienda pública de mayor escala y con los contratos blindados en la Administración. "Apelo a vuestras convicciones solidarias para acabar con el fraude, tenemos la obligación de mojamos, de tomar medidas".

Ya en los pasillos, González fue preguntado por la encuesta publicada ayer por EL PAÍS, que refleja que el PSOE ha desencantado a un 30% de sus votantes del 6 de junio. El líder socialista respondió a la agencia Europa Press: "En todas las legislaturas hay momentos altos y momentos bajos, y es lógico que el electorado esté preocupado".

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