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Clinton acudirá a Moscú en enero para resaltar con su presencia su apoyo a Borís Yeltsin

Pilar Bonet

PILAR BONET, El presidente de EE UU, Bill Clinton, visitará Moscú en enero de 1994, según anunció ayer en Moscú el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher. "Me complace informar" dijo, "que los presidentes Yeltsin y Clinton celebrarán su próxima cumbre en Moscú en los días siguientes a la cumbre de la OTAN en Bruselas". Christopher no dio fechas, pero la reunión de la Alianza Atlántica está prevista para los días 10 y 11 de enero. Esa visita, la primera del presidente Clinton al Kremlin, supondrá un espaldarazo personal a los apoyos políticos ya manifestados desde la Casa Blanca.

El secretario de Estado se reunió con el ministro de Exteriores ruso, Andréi Kózirev, para tratar de la visita de Clinton, y de la ampliación de la OTAN, la situación en los puntos candentes en el territorio de la antigua URSS y el papel de Moscú en la regulación de estos conflictos.

Christopher anunció la cumbre Yeltsin-Clinton tras entrevistarse con el presidente ruso en su residencia de las afueras de Moscú. Ambos líderes celebraron su primera cumbre el pasado abril en la ciudad canadiense de Vancouver y se reunieron en julio en Tokio. La última visita de un presidente norteamericano a Moscú fue la de George Bush, justo antes de abandonar la Casa Blanca, a principios de enero de este año. Entonces, EE UU y Rusia suscribieron el acuerdo START II, que debe reducir en dos tercios el conjunto de los arsenales nucleares estratégicos de ambos países. El START II presupone, para poderse cumplir, la ratificación del tratado START I, firmado en julio de 1991 por los entonces presidentes de la URSS y de EE UU, Mijaíl Gorbachov y George Bush.

Sin embargo, el START I no ha sido ratificado por el Parlamento de Ucrania, un país que ha sustituido sus promesas iniciales de convertirse en un Estado desnuclearizado por la pretensión de mantener un potencial nuclear con carácter temporal. De los 146 misiles nucleares estratégicos de cabezas múltiples existentes en territorio ucranio, Kiev quiere conservar 46 misiles SS-24, cuyo combustible sólido es más seguro que el combustible líquido de los 130 SS-19, que completan su arsenal nuclear.

Tras su visita a Moscú, Christopher viajará a Kiev y de allí a las antiguas repúblicas soviéticas de Kazajstán y Bielorrusia, haciendo así la gira de los cuatro herederos nucleares de la antigua Unión Soviética. Todos, excepto Ucrania, ratificaron el START 1. Los dirigentes ucranios quieren conseguir ayuda económica a cambio del desarme. Los especialistas ucranios creen que los costes del desmantelamiento de los cohetes oscila entre 1.500 millones y 2.000 millones de dólares (Je 200.000 a 265.000 millones de pesetas, al cambio actual). Estados Unidos ha ofrecido 175 millones de dólares.

Para preparar el camino de Clinton hacia Moscú, el vicepresidente de EE UU, Albert Gore, visitará la capital rusa en diciembre para debatir temas económicos con el primer ministro ruso, Víktor Chernomirdin.

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El jefe del Gobierno ruso expresó ayer su esperanza de que el Congreso norteamericano elimine las restricciones que aún pesan sobre el comercio bilateral. A este respecto, Christopher dijo que, casi con toda seguridad, el Congreso levantará antes de fin de año todas las restricciones económicas que Rusia heredó de la época soviética.

El secretario de Estado norteamericano se interesó por las garantías legales en el desarrollo de las elecciones legislativas, rusas del próximo diciembre. Observadores políticos esperaban que, en sus conversaciones a puerta cerrada, Christopher tranquilizaría a su homólogo ruso en relación a las intenciones de ampliación de la OTAN.

Ingreso escalonado

Los dirigentes rusos esperaban las explicaciones de Christopher antes de pronunciarse sobre los planes de escalonar la entrada de Europa del Este en la OTAN sin despertar las iras de Moscú mediante la adjudicación de contratos de defensa, la participación en maniobras conjuntas y las consultas, pero no la concesión, de garantías de seguridad.

Christopher anunció ayer que su país propondrá a la OTAN una fórmula de compromiso que permitirá la participación de los países de Europa del Este, incluida Rusia, en la Alianza Atlántica. A este respecto, el portavoz de Yeltsin aseguró, tras la reunión con Christopher, que el presidente ruso apoya en principio los planes de la OTAN de incorporar a los antiguos países del bloque comunista. Yeltsin había expresado con anterioridad a los líderes occidentales su oposición a que los antiguos países aliados del Pacto de Varsovia entren en la Alianza Atlántica.

Por último, los rusos han solicitado la creación de un fondo para mantener a las tropas pacificadores rusas en territorio de la antigua URSS.

Dentro de los signos de aliento, el Congreso de EE UU levantará antes de fin de año, casi con toda seguridad, todas las restricciones económicas que Rusia heredó de la época soviética.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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