_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El periódico

Juan José Millás

El periódico recién comprado parece un traje limpio. Te lo llevas a la oficina como cuando vuelves del tinte con esa chaqueta del invierno pasado que tanto te gustaba y con la que estrenas el cuerpo la primera vez que te la pones. Meter las manos en sus bolsillos es como regresar a casa: los dedos reconocen enseguida sus pliegues, sus honduras, y ese pequeño orificio por el -que pierdes las' monedas y que te comunica con el forro, que es la zona donde reside la conciencia de la ropa, que á veces es la tuya. A los dedos les gusta ese lugar porque ahí no tienen que aparentar que te obedecen y ejercitan con libertad sus propias manías: se cruzan para conjurar algún hechizo, que son muy supersticiosos; se manosean como enamorados; sudan como adolescentes; y, a veces, si están desesperados o nerviosos, juegan a clavarse las uñas.El periódico sin leer tiene la calidad de la chaqueta rescatada del tinte: está planchado y lleno de espacios familiares en los que a lo mejor encuentras algo que olvidaste hace tiempo. Por eso, no te lo pruebas hasta que te quedas solo, con el primer café y quizá el primer cigarrillo del día. Entonces, entras en él con la misma emoción con que las manos buscan temblores antiguos en los fondillos de la ropa limpia. Si te fijas en lo que hacen tus dedos cuando lees el periódico, comprobarás que no actúan bajo tus órdenes; en realidad, eres tú quien se pliega a sus necesidades. En complicidad con los ojos, que tampoco son tuyos, van de aquí para allá rastreando algo cuya existencia. ignoras, igual que cuando registran los bolsillos de esa chaqueta que llevas tiempo sin usar. Así, pasan las hojas antes de que te haya dado tiempo a leer lo de Solchaga, porque a ellos no les interesa lo de Solchaga, se lo saben; lo que buscan es ese roto que, como el agujero del bolsillo, les conecta con la conciencia de las cosas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_