Un joven acusado de violación es absuelto porque la chica estaba ebria
Austen Donnellan era, anteayer, reo de violación. Al día siguiente, ayer, no sólo era un hombre libre e inocente, sino que se convirtió en un héroe para un sector de la sociedad británica. Donnellan, un estudiante de 21 años, fue acusado de violación por una compañera de estudios. La joven admitió, sin embargo, que estaba demasiado ebria cuando ocurrieron los hechos como para recordar nada. Al cabo de tres días de juicio, el jurado, en el que había nueve mujeres, tardó sólo una hora en declararle inocente.
El caso de Donnellan ha reabierto en el Reino Unido la polémica sobre el límite entre sexo consentido y violación. Tras una serie de sentencias muy satisfactorias para las organizaciones feministas (la última, tres años de cárcel por intento de violación a un abogado que compartía habitación y desnudez con una amiga), la absolución de Donnellan fue calificada de "retroceso" por la organización No Significa No.Algunas conocidas feministas, sin embargo, se mostraron muy de acuerdo con la sentencia. Una de ellas, la periodista Isabel Hilton, escribió ayer una carta abierta a Austen Donnellan para felicitarle y pedirle disculpas por "el abuso" al que se había visto sometido.
En la sentencia -el jurado estaba compuesto por nueve mujeres y tres hombres- se afirmaba que "una persona ebria que, por estar ebria, acepta un acto que no aceptaría de estar sobria, consiente de todos modos". De la embriaguez de la joven, cuyo anonimato está protegido por la ley, no cabía duda: había tomado más de dos Iitros de sidra fuerte, dos copas de aguardiente y dos de licor, apenas podía sostenerse en pie y requirió la ayuda del acusado (con quien se había besado en público durante toda la noche) para llegar hasta su dormitorio.
Una vez en la alcoba, la única versión de los hechos era la del joven Donnellan, porque ella no recordaba nada en absoluto. Sólo pudo afirmar que por la mañana, al recuperar la conciencia, él estaba penetrándola. El acusado afirmó que la presunta víctima se había desnudado y le había pedido sexo de forma explícita; agregó que, dado el estado de la joven, él quiso asegurarse y le preguntó por dos veces si realmente deseaba mantener un intercambio sexual.
La posición legal de Donnellan fue sólida desde el principio. Fue él quien se presentó ante la policía, después de que ella le acusara privadamente de violación, para esclarecer los hechos. Ya durante el juicio, dos testimonios tuvieron enorme influencia en el jurado. Uno, el de su tutor en la universidad, un destacado historiador y miembro de la Cámara de los Lores, quien calco al joven de "perfecto caballero". El otro, demoledor para la acusación, fue el de Madellaine Allen, compañera de Donnellan y de la acusada. Los dos testimonios de caballerismo y el apoyo masivo a Donnellan de los estudiantes del King's College londinense convencieron al jurado.
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