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CRISIS DE ESTADO EN RUSIA

Los seguidores de Yeltsin se dividen en un partido radical y otro moderado

Pilar Bonet

El Gobiemo ruso y el alto funcionariado que ha apoyado a Borís Yeltsin quedaron divididos ayer en dos partidos -uno radical y otro más moderado- ante las elecciones del 12 de diciembre. El primero -Opción de Rusia (VR)- concluyó ayer su Congreso en Moscú con la votación de la lista federal de candidatos a la Duma (la Cámara baja), que quedó encabezada por Yegor Gaidar, primer vicejefe del Gobierno y gurú de la reforma económica.

Ni Guennadi Búrbulis, el ideólogo de Opción de Rusia, ni Lev Ponomariov y Glev Yakunin, los líderes del movimiento popular Rusia Democrática, lograron los votos suficientes para situarse en los 14 primeros puestos de la lista federal, que será la cabecera de cartel de la organización para los 225 escaños adjudicables por el sistema proporcional.El veto a estos políticos por parte del millar de delegados del Congreso no les excluye de los comicios, pero les obligará o bien a ocupar un lugar más bajo en la lista, compartimentada en cupos regionales tras la cabecera de cartel común, o a concurrir en los distritos por los escaños (225 ó la otra mitad de la Cámara) que se adjudicarán por el método mayoritario.

El fracaso de Búrbulis para situarse en una lista donde los delegados tuvieron que tachar su nombre escrito en cuarto lugar es tanto mayor, considerando su papel clave en la creación de Opción de Rusia. "Es un fracaso de los que votaron, porque yo conozco mi valor", comentó Búrbulis.

A pesar de su intención de actuar como partido, Opción de Rusia seguía ayer llamándose "asociación", "bloque" o "movimiento", según los casos, para satisfacer a los diversos grupos y partidos fundadores que se han integrado en la estructura. El principal problema para la cristalización de Opción de Rusia ha sido Rusia Democrática, cuyos dirigentes se han sentido marginados por sus antiguos correligionarios.

Las promesas de los dirigentes de Opción de Rusia de que no van a tratar de aprovechar el aparato del Estado para fines electorales son acogidas con escepticismo. Poltaranin se mostró dispuesto a encontrar en el plazo de "tres semanas" los fondos necesarios (7.000 millones de rublos, según sus estimaciones) para financiar a 2.400 periódicos regionales."

Purga de bolcheviques"

Poltaranin dijo estar a favor de una "purga" de los "bolcheviques que están en el Gobierno disfrazados de demócratas", así como de otra del "aparato del Gobierno y del presidente". Dentro del espectro político en formación, Opción de Rusia está, según Poltaranin, en "la situación más dificil", ya que en sus filas están los ministros responsables de la política gubernamental, obligados a dar cuenta de ella. La lista federal para los escaños de la Duma Estatal incluye a muchos miembros del Gabinete, entre ellos el primer vicejefe de Gobierno, VIadimir Shumeiko, y la ministra de Asuntos Sociales, Ela Parnfilova, (número dos y tres, respectivamente), el ministro de Finanzas, Borís Fiodorov, y el de Asuntos Exteriores, Andréi Kózirev.

El segundo partido que se formaba ayer -el de la Unidad y el Consenso de Rusia (PRESS) se reunió en Congreso constituyente en la vetusta ciudad de Nóvgorod (en el noroeste de la Rusia europea) bajo la presidencia de Serguéi Shajrai, vicejefe del Gobierno de Rusia. Poltaranin acusó ayer a Shajrái de tratar de eludir responsabilidades gubernamentales. Al acto de fundación del Partido de Shajrái en Nóvgorod acudieron el viceprimer ministro, Aleksandr Shojin, responsable de la renegociación de la deuda internacional rusa, el consejero del Presidente, Serguéi Starikévich, y el jefe de la Dirección Jurídica del Presidente, Serguéi Kotenkov, así como Ramazán Abdulatipov, ex presidente de una de las dos cámaras del parlamento. En Nóvgorod, Shajrai dijo que el jefe del Gobierno, Víctor Chernomyrdin, va a colaborar con su partido. El PRESS no ha ingresado en la Opción de Rusia porque quiere ser "un órgano estable y predecible" y desea "renunciar a los métodos de choque en economía y política", manifestó Shajrai, según la agencia Interfax.

A las cinco de esta madrugada concluía el estado de excepción impuesto a la capital a raiz de los sucesos del 3 de octubre. En la noche del sábado al domingo, 2.156 personas fueron detenidas en Moscú por transgredir el toque de queda y 305 fueron deportadas de la ciudad. El estado de excepción ha reforzado los ánimos racistas contra los originarios de las zonas del Cáucaso y ha fomentado tendencias chauvinistas.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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