Atención al cliente

Quisiera felicitar a la oficina de atención al cliente de la estación de AVE en Madrid porque se necesita ser muy inteligente para hacer las cosas tan mal.Soy un viajero habitual de la clase club, y el pasado viernes me encontré en la estación con que no tenía en mi poder mi documentación y dinero por haberlo olvidado en mi lugar de trabajo.

Bastaba una llamada de teléfono para solucionarlo, pero me encontraba sin nada, sin tarjetas, sin dinero y sin el billete ya comprado.

Solicité a un guarda jurado hacer esta llamada, y se negó, dirigiéndome a esta oficina de desatención en la misma estación, contestándome que éste era mi problema y no podía usar su teléfono.

Era una llamada de 30 pesetas para solucionar un problema a un cliente habitual que perdía el tren y se encontraba desamparado, sin un solo documento y sin una sola moneda.

Propongo que se cambie el nombre de esta presunta oficina o que se despida al responsable, si es que éste no tiene amigos en la Administración, porque en este caso sería imposible, o por lo menos recordarle quiénes son los que engordan su cuenta corriente, clientes maltratados como yo, y desde su sillón ya demasiado calentado intente de verdad atender al cliente, y si no es capaz de ello (cumplir con su trabajo), hacerle un hueco en algún centro de rehabilitación especial que le conciencie de que al otro lado del mostrador hay un trabajo que cumplir, aparte de salir a cobrar la nómina y hacer de termostato de una silla que, como tantas en este país, está mal ocupada.

Señores, por favor, sean un poco serios. Sólo se trataba de una llamada de 30 pesetas, no del tendido Madrid-Barcelona.

Reflexionen y denle trabajo a la gente competente que espera la jubilación de los amigos de unos pocos para de verdad cumplir con su trabajo.-