El duende sabio

Silvestre Martínez tiene 73 años, arbitra tres o cuatro partidos de fútbol sala todas las semanas, y su principal ocupación consiste en ayudar a los demás, sobre todo a los más pequeños, quizá porque él no tiene nietos. Su pelo blanco con rizitos en la nuca y su larga y espesa barba, también blanca, que esconde una cara redonda y rosada, le dan aspecto de duende sabio, no en vano permaneció 25 años trabajando en el Instituto de Investigación Agronómica.Dice que tiene tantas cosas que hacer que no puede aplicar el refrán "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy" al pie de la letra, porque tiene que tomarse 'las cosas con calma". Cada fotografía de la exposición tiene para Silvestre su razón de ser, su filosofía, sus fallos. La que más llama la atención de los chicos es la que lleva por título Pescando y guardando la ropa. Él les pregunta si observan el detalle que da nombre a la imagen, en la que puede apreciarse a un señor mayor y a un niño, cada uno con una caña de pescar en la mano a orillas de un río. Algunos lo ven enseguida, dice Silvestre, y pasa a dar su explicación: "El detalle está en que el abuelo tiene enganchada la camiseta del crío con un par de dedos para que éste no se caiga al agua".

Nada se libra de la mirada de Silvestre, ni de sus particulares explicaciones. Por ejemplo, Silvestre habla, a partir de lo que muestra una foto, de las ventajas e inconvenientes de los electrodomésticos y aparatos que tenemos en casa, por la cantidad de iones negativos y positivos que sueltan y cómo afectan a la atmósfera.

Y todo tiene su porqué. La solidaridad que refleja una sardana, con gentes de todos las edades unidas por las manos... Sólo hay que mirar la vida con los ojos de la experiencia, dice, y en muchas ocasiones saber escuchar.