Viajar en Madrid
Los vecinos de Sevilla la Nueva, Villamanta y Villamantilla tenemos que rendir un agradecido homenaje al Consorcio Regional de Transportes: su magnífica idea de suprimir el transporte de viajeros directo desde Madrid capital hasta los pueblecitos citados es una prueba del desvelo de nuestros dirigentes por la comodidad y ahorro de tiempo de los usuarios del transporte público que viven a poco más de cincuenta kilómetros de la capital.Desde el 1 de octubre se acabó el llegar hasta la Estación Sur de Autobuses, con equipaje o sin él; ahora haremos escala en Móstoles, desde allí cogeremos el tren de cercanías de Renfe hasta Embajadores o Atocha, y desde una de sus estaciones de metro nos desplazaremos hasta nuestro destino (trabajo, hospital, universidad, etcétera).
El apasionamiento que pone el Consorcio para facilitar los servicios de transporte a las zonas rurales es absolutamente fascinante. Sin embargo, a los contribuyentes del suroeste madrileño nos cabe una duda razonable: ¿ha decidido el Consorcio solidarizarse con la crisis del sector del automóvil y pretende que todos compremos un coche para nuestros desplazamientos?
¿Acaso intenta desalojar de habitantes estos pequeños pueblos y masificar la capital aún más de lo que está? ¿Habrán de obtener nuestros ancianos el carné de conducir en la autoescuela más próxima?
Sin duda, los desvelos del Consorcio por potenciar el transporte público son de agradecer.
Villamantilla.
