El 'avvocato' no puede jubilarse
La situación de Fiat obliga a Agnelli a compartir el poder con cuatro socios
"Aquí no se vende nada. La posición de la familia no cambia. Teníamos el 36% del capital, y tendremos el 32% como consecuencia del efecto de la ampliación. En cuanto a la sucesión por mi hermano Umberto, prefiero no volver a decir nada, ya que parece que trae mala suerte", replicó el avvocato Giovanni Agnelli, al día siguiente de anunciar el 28 de septiembre que, pese a sus 72 años, la situación de Fiat no le permitirá jubilarse en 1994, como había previsto.A la misma hora, la Bolsa de Milán canalizaba las primeras reacciones de desconcierto: unas pérdidas de 966.000 millones de liras (cerca de 85.000 millones de pesetas) acumuladas hasta el pasado mes de junio, con tendencia a duplicarse durante la segunda mitad del año; y, sobre todo, una deuda de siete billones de liras (casi 600.000 millones de pesetas), que hubiera llegado a los 10 billones para diciembre de no haberse adoptado medidas radicales, como las anunciadas el martes.
Probablemente, la brusca caída que los títulos de la empresa turinesa registraron en Bolsa el 29 de septiembre, para estabilizarse sólo un día más tarde, pudo deberse también a la irritación de ciertos grandes operadores que, muy recientemente, habían sido informados por altos directivos de Fiat de que el grupo no preveía ninguna operación de capital hasta por lo menos el verano. Por el contrario, la permanencia del avvocato en la presidencia está ligada a una ampliación récord de 2,57 billones de liras (más de 200.000 millones de pesetas), que duplicará el capital del grupo y se pondrá en marcha a mediados del mes próximo.
El mismo Agnelli contribuyó a atizar el fuego de las inseguridades cuando definió así esta macroinyección financiera que proporcionará a Fiat nuevos fondos por valor de unos cinco billones de liras: "Hemos puesto algo de gasolina en el depósito, pero la carretera sigue cuesta arriba". O cuando describió el futuro inmediato en estos términos: duros: "El problema del automóvil no es sólo de mercado, sino de competencia. Sobra un fabricante [en Europa], y es obvio que cada cual trata de evitar ser ése".
En pocos meses, los Agnelli aportarán a Fiat más de 1,5 billones de liras: al menos 700.000 millones de liras por la parte que les toca de la ampliación, y otros 900.000 por la compra de la cadena de almacenes La Rinascente.
Tampoco señalan los analistas, en estos tiempos de recesión y caída vertiginosa de la demanda de automóviles, problemas mayores en Fiat -cuarto fabricante europeo el pasado año- que en otros de sus competidores. Más que las pérdidas, preocupa el endeudamiento, que equivale a casi el 30% del patrimonio del grupo, y cuyos intereses representan casi la mitad de sus resultados negativos. Esa carga choca con la determinación del grupo turinés de mantener, pese a las dificultades que representa una facturación decreciente, el plan de inversiones necesario para la renovación de su gama de modelos.
"Había una necesidad ugente de ampliar capital para garantizar el financiamiento de las inversiones", ha confirmado Jürgen Pieper, analista del automóvil para el Deutsche Bank, que, además del 28% de Daimler-Benz, posee un 2,4% de Fiat desde que, en 1986, este banco de Francfort adquiriera parte del paquete que vendió la Libia de Muhammar el Gaddafi.
Es evidente que la magnitud de la ampliación de capital requerida excedía de las posibilidades razonables de cualquier familia, y así surgió el sindicato de cinco accionistas que los Agnelli dirigirán, aportando los dos tercios del 30% del capital de Fiat controlado mediante pactos por estos socios destacados.
Giovanni Agnelli ha explicado que seguirá en la presidencia de Fiat porque así se lo han pedido los otros miembros del sindicato. Según estas versiones, la permanencia de Agnelli resulta necesaria, debido a la incompatibilidad del consejero delegado de Fiat, Cesare Romiti, con Umberto Agnelli. Y Romiti es precisamente, desde hace una década, el hombre de confianza de Cuccia en Fiat. Que Cuccia ha sido clave en la creación del sindicato parece confirmado por el hecho de que el único de sus miembros que es nuevo accionista de Fiat sea Assicurazioni Generali, controlada por Mediobanca. Estas dos empresas aportarán más de un 5% del capital de Fiat al pacto.
La francesa Alcatel Alsthom, que, con el Deutsche Bank, completa el quinteto, es, en cambio, una relación directa de la Fiat de Agnelli con intereses comunes en campos como el tren de alta velocidad y los teléfonos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.