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10 niños polizones marroquíes piden asilo en España

La tripulación les mantuvo hacinados toda la travesía y en Valencia les soldó la puerta

Diez niños marroquíes, de entre 10 y 16 años, pugnan por conseguir asilo en España. Encerrados en un pañol de cuatro metros cuadrados del barco Eva del Mar llegaron ayer a Valencia, procedentes de Casablanca (Marruecos), y pidieron a las autoridades españolas que les acojan por "razones humanitarias". Hoy repetirán la solicitud en Barcelona, nuevo destino del buque. La tripulación del mercante, de bandera española, decidió hacerse a la mar hacia las seis de la tarde de ayer, con los marroquíes a bordo, tras varias horas de tensión y negociaciones. "Han pasado hambre y frío", explicaron en el puerto representantes de UGT y CC OO que gestionan el asilo. Los niños fueron trasladados a un pañol más espacioso, cuya puerta fue soldada para evitar su huida. Dos de ellos se habían lanzado al agua a primera hora de la mañana, pero fueron devueltos al barco.

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Razouk Abdellah decidió hace cinco días lanzarse a la aventura. En sus escasos 10 años de vida, debe de haber acumulado suficientes motivos como para querer abandonar su país. Su hermano Lounjali es ahora su principal apoyo, aunque su experiencia vital no es mucho más prolongada: tiene 12 años. Junto a ellos, encerrados en un pañol del Eva del Mar, se encuentran El Madi Hicham, de 13 años; Farouk Ahmed, de la misma edad; Fadel Mohamed, de 14; Karbouch Adil, de 14; El Nafouili Rachid, de 14; El Wafi Said, de 15; Finkou Badr, de 15, y Essebai Simohamed, de 16 años.Todos ellos subieron al barco, de bandera española, en el puerto atlántico de Casablanca. Los tripulantes, 11 en total, descubrieron a seis de los polizones durante la travesía. Los niños estaban escondidos entre los contenedores del mercante. La policía española subió ayer a bordo y encontró a los otros cuatro. A primeras horas de la mañana, dos de los adolescentes se lanzaron al agua, pero fueron localizados por los agentes y devueltos al buque. Otros dos se habían lanzado al agua la noche del pasado miércoles, con la misma poca suerte, aunque este dato no pudo ser confirmado.

"Sólo les han dado pan con mortadela de cerdo. Ellos no comen cerdo y la han tenido que tirar. Se alimentaban con pan duro". José María Iglesias, de UGT, explicó así el trato recibido por los niños. "Han pasado frío por la escasa ropa que portaban, y hacían sus necesidades en una única pila".

Esposados de dos en dos

"Están encerrados en una habitación de cuatro metros cuadrados. En esas condiciones no pueden zarpar", añadió al mediodía de ayer Francisco Solans, abogado de CC OO. Las presiones de los sindicalistas lograron que los polizones fueran trasladados, esposados de dos en dos, a otro pañol, más espacioso, cuya puerta fue soldada para evitar fugas. Sólo quedaba un hueco por el que estaba previsto alimentarles. "El nuevo recinto es incómodo, pero ya no están hacinados", explicó Cecilio Martínez, vicepresidente provincial de Cruz Roja.Un médico de Cruz Roja subió a bordo para examinar a los polizones. "Sólo hemos podido efectuar una inspección ocular", señalaron portavoces de esta organización humanitaria. Ningún polizón necesitaba hospitalización, según explicaron, aunque uno de ellos presentaba un hematoma cerca de un ojo.

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Uno de los polizones consiguió entregar un papel escrito en árabe a Amín, un marroquí que trabaja como traductor para UGT-Valencia. Allí se relataba una pelea entre dos de los polizones, a causa de la escasa comida que finalmente les habían hecho llegar por mediación de los sindicatos. Según la versión ofrecida en esa nota, la policía española subió a bordo para poner fin a la pelea y golpeó a uno de los niños con contundencia.

Los sindicalistas consiguieron a primeras horas de la tarde que la tripulación firmara un documento en el que mostraba su negativa a zarpar con los polizones a bordo. Anteriormente, los tripulantes habían protestado por "el peligro" que representaba para ellos tener a los marroquíes, ya que éstos, muy nerviosos, habían provocado incidentes, como la rotura de una puerta.

El capitán del mercante decidió finalmente, de acuerdo con la tripulación, iniciar la marcha hacia Barcelona. La travesía tenía prevista una duración de ocho horas, por lo que a primeras horas de la mañana de hoy el barco atracará en el puerto catalán.

Sindicalistas de UGT protagonizaron una sentada en la escalera del buque al conocer que iba a hacerse a la mar. Durante 15 minutos retrasaron la partida. La policía les amenazó con detenerles y optaron por retirarse, no sin antes cruzar acusaciones con el capitán del Eva del Mar.

Al puerto de Barcelona se desplazarán hoy funcionarios policiales y personal del Centro Español de Ayuda al Refugiado, quienes estudiarán las condiciones de vida de los 10 niños en Casablanca. Sindicatos y organizaciones humanitarias han anunciado que fiscalizarán la tramitación de la solicitud de asilo. Las autoridades españolas deberán decidir si los polizones pueden desembarcar o, por el contrario, tendrán que proseguir su ruta.

El barco llegó a Valencia desde Casablanca sin efectuar escalas. Después de Barcelona, regresará a la mencionada ciudad marroquí. Su carga es de contenedores con mercancías diversas.

Los sindicalistas de UGT hablaron ayer con el delegado del Gobierno en Valencia, Francisco Granados, quien les confirmó su intención de facilitar al buque su marcha con los marroquíes a bordo, a pesar de la "triste situación" de los niños. Comisiones Obreras ha puesto los hechos en conocimiento del Defensor del Pueblo.

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