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Balladur y González coinciden en defender la política agraria común

"Sintonía en los análisis", "coincidencias casi totales". Con estas palabras resumieron los jefes de Gobierno español y francés, Felipe González y Édouard Balladur, respectivamente, su primera entrevista oficial tras las elecciones que llevaron a la presidencia del Consejo de Ministros al neogaullista en Francia y confirmaron al socialista en España. Ambos países coinciden en la necesidad de conciliar el acuerdo sobre libre comercio del GATT con la defensa de la política agraria común y se muestran partidarios de impulsar la Unión Europea.

Persisten las diferencias tácticas, pero existe plena coincidencia en los objetivos. Francia está dispuesta a seguir reclamando una renegociación del convenio de Blair House suscrito entre la Comunidad Europea y Estados Unidos, mientras España, según reiteró ayer,González, sigue creyendo que "hay un margen de interpretación que puede dar satisfación a la necesidad de alcanzar un equilibrio" que respete la política agraria común, definida como "una parte de la identidad europea".El convenio Blair House, firmado en noviembre de 1992, compromete a los países comunitarios a un recorte en su producción agrícola y en las subvenciones a las exportaciones. Su aplicación es imprescindible para desbloquear la Ronda Uruguay del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio), pero Francia, tanto con su anterior Gobierno como con el actual, mantiene sobre él una amenaza de veto por considerar que lesiona gravemente sus intereses.

En contra del criterio de Washington y de la mayoría de los países comunitarios, que temen la imposición de represalias comerciales multimillonarias, Francia pretende dejar sin efecto el acuerdo con Estados Unidos y proceder a su total renegociación. El Gobierno español, aunque discrepa con Francia precisamente en cuanto al procedimiento a seguir, es sensible a las quejas de Balladur.

El propio Felipe González fue ayer bastante clarificador al resaltar ante su homólogo que el problema no afecta sólo a la agricultura del pais vecino, sino a toda la agricultura mediterránea, y dijo que Europa debe defender su posición sin complejos "porque la CE es la zona más abierta al comercio" y resulta difícilmente soportable la sensación de "estar en el banquillo de los acusados".

Balladur, por su parte, explicó durante la visita relámpago a Madrid, concluida a primera hora de la tarde, que Francia no es proteccionista. Busca un acuerdo, "pero no a cualquier precio, sino justo y equilibrado". "Francia", añadió, "no quiere privilegios ni favores, sino que se afirme la identidad de Europa en el mundo con sus intereses bien defendidos".

El primer ministro francés subrayó que la negociación no terminaba ayer, en referencia a las gestiones que en esos momentos mantenía en Washington el comisario europeo Leon Brittan con el representante comercial de EEUU, Mickey Kantor.

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Unión Europea

Los dos jefes de Gobierno abordaron también el próximo Consejo Europeo extraordinario y expresaron su coincidencia en el apoyo al desarrollo de la Unión Europea y a la necesidad de alcanzar la segunda fase de la Unión Económica y Monetaria. González, prudentemente, hizo referencia al Consejo "si se celebra", mientras Balladur insistió en que se debe lanzar una segunda fase de trabajo para realizar las adaptaciones necesarias, "por ejemplo, al momento de crisis económica", y abordar la elección de sedes de muchas instituciones comunitarias y, quizá, problemas de seguridad común.Ambos afirmaron no haber discutido en profundidad sobre la Unión Europea con el primer ministro británico, John Major, quien ha expresado públicamente su rechazo al Tratado de Maastrict, pero sí admitieron la necesidad de "prolongar" las decisiones adoptadas y de actualizarlas "según se produzcan los acontecimientos.

En respuesta a una pregunta sobre la aplicación en España de medidas contra la crisis económica como las adoptadas por el centro derecha en Francia, González sostuvo que todos los países comunitarios están desarrollando más o menos las mismas políticas, como limitar el crecimiento de los gastos sociales, reforzar la competitividad y reflexionar sobre el mercado de trabajo.

González, no obstante, defendió una mayor coordinación de las políticas económicas y monetarias para la apertura de la segunda fase de la unión monetaria. Si el Bundesbank (banco central alemán) defiende los intereses de alemania, pero su política de tipos de interés entra en contradicción con lo que esperan y necesitan el resto de los países comunitarios, señaló "debe haber una instancia europea que garantice la coordinación".

Más información en la página 50

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