El líder del PP asegura que la defensa del castellano en Cataluña es un problema de libertad, no de cantidad

José María Aznar manifestó ayer en Barcelona ante los delegados al VII Congreso del PP catalán que la defensa del castellano en Cataluña no es un problema de cantidad, sino de libertad. Aznar no escatimó críticas a los socialistas y al presidente del Gobierno, Felipe González, de quien dijo que se encuentra escondido "en un agujero" para no asumir Ia quiebra financiera en la que se encuentra España". El congreso reeligió a Aleix Vidal-Quadras, diputado autonómico y concejal de Barcelona, como presidente [el PP catalán y a Josep Curto como secretario general.La intervención de Aznar en a clausura del congreso sirvió para animar un poco una asamblea regional desangelada, que se ha despachado en unas pocas horas de debate y que no ha abordado el problema de fondo que más preocupa a los cuadros del PP catalán: el grado de catalanidad del partido y de autonomía respecto a Madrid.

El congreso regional del PP ha ofrecido una imagen dual especto a la normalización lingüística en Catalufia. Escasa preocupación en las intervenciones de muchos de los delegados y, por el contrario, enorme malestar cuando participaban los invitados de fuera de Cataluña. Esa situación se hizo evidente en los discursos de José María Aznar y del presidente del PP andaluz, Javier Arenas.

Aznar sostuvo que la educación en castellano es un derecho constitucional y estatutario y que debe garantizarse que los padres que deseen una educación para sus hijos en esta lengua puedan ejercer este derecho en libertad y sin coacciones.El líder del PP descalificó los planteamientos de los nacionalistas catalanes en esta cuestión al afirmar que no se trata de dilucidar si el catalán está discriminado en prensa, radio o televisión en beneficio del castellano, ni tan siquiera de conocer cuántos ciudadanos de Cataluña son los perjudicados por la supuesta preeminencia del castellano, sino de respetar la libertad de elección. Hablando en catalán, Aznar señaló que "ninguno de los que hablan catalán tiene que sentirlo como una imposición".