"Si oye ruidos, corra"
Cuando se pasaron los primeros momentos de tensión tras el derrumbamiento y quedó claro que no había ningún herido, los vecinos extraían conclusiones sobre las posibles causas del suceso. "Claro", comentaba una mujer arrastrando el carro de la compra, "es que no se puede poner a hacer una obra sin mirar antes bien lo que hay debajoSus amigas le daban la razón en un ambiente distendido. Pero los vecinos del número 29 de la calle de Blasco de Garay, el bloque que se encuentra al otro lado del solar, medianero del número 27, que es donde se desmoronó la pared, se mostraban inquietos. Los técnicos del Ayuntamiento aún no habían calculado anoche la cuantía de los daños, ni sabían si debían declarar el edificio en ruina y derribarlo completamente. Además, tampoco informaban a los inquilinos del número 29. "Yo tengo un hijo pequeño", se quejaba un vecino del 29, "y estoy preocupado porque aún [a las siete de la tarde] no me ha dicho el Ayuntamiento si corro peligro al dormir aquí esta noche o puedo quedarme tranquilo en casa. Los policías municipales sólo me dicen que si oigo ruidos que salga corriendo, y eso no es solución".
Los inquilinos del 27 ya habían escuchado sonidos extraños hace pocos días y lo denunciaron al Ayuntamiento para que paralizasen las obras en el solar. No se les ocurrió en ningún momento salir corriendo.
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