Nelson Mandela pide en la ONU el fin de las sanciones contra Suráfrica

El líder del Consejo Nacional Africano (ANC), Nelson Mandela, pidió ayer, desde la tribuna de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que todos los países del mundo pongan fin a las sanciones económicas contra Suráfrica, lo que supone el reconocimiento por parte del principal dirigente surafricano de que el antiguo régimen del apartheid merece ya su legitimación internacional como nación. Varios países, entre ellos Estados Unidos, anunciaron ayer su decisión de levantar las sanciones.

"Creemos que ha llegado el momento de que la comunidad internacional levante todas las sanciones económicas contra Suráfrica", dijo Mandela en una sesión convocada por el mismo comité de las Naciones Unidas que había luchado contra el racismo durante los 27 años que el presidente del ANC pasó en una cárcel surafricana. Toda la Asamblea, puesta en pie, ovacionó a Mandela en el momento de pronunciar esa histórica frase.El secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, permaneció en la tribuna durante el esperado discurso del dirigente surafricano. Entre el público se encontraban el alcalde negro de Nueva York, David Dinkins, y otros líderes negros norteamericanos que se han destacado en los últimos años por su apoyo a la causa de Mandela. "Suráfrica es ya un país del que todos podemos sentirnos orgullosos", manifestó Mandela en una intervención que abre oficialmente un capítulo de reconciliación en lo que era el último sistema racista del mundo.

Nelson Mandela añadió en su discurso que el embargo de armas y de tecnología nuclear impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU contra el régimen de Pretoria debía mantenerse. En cuanto al embargo de petróleo contra Suráfrica, el líder del ANC recomendó que cada país que participe en ese bloqueo puede actuar según su criterio.

Inmediatamente, el Senado norteamericano aprobó por unanimidad y sin debate una ley que pide a todos los Estados del país que levanten sus medidas contra Suráfrica. Inmediatamente, los Gobiernos de Canadá y de Australia se sumaron al estadounidense y anunciaron el levantamiento de las sanciones contra Suráfrica.