La espoleta de la reforma del equipo de gobierno
Cuando la Comunidad de Madrid complete el proceso actual de reforma del estatuto de autonomía se vivirán los últimos meses de 1996 y el presupuesto autonómico se habrá duplicado y superará el billón de pesetas. La inyección económica llevará pareja la reestructuración de la importancia de las nueve consejerías actuales en que está dividido el Gobierno regional.Sólo en Educación serán trasvasados en los próximos dos años más de 70.000 empleados públicos a la Comunidad de Madrid. El presupuesto de esta consejería pasará, de gestionar 37.800 millones a más de 250.000. El consejero de Educación, Jaime Lissavetzky, compagina ahora este cargo con el de consejero de Cultura y con el de portavoz del Gobierno.
Pero hay otros dulces que repartir. ¿Qué departamento será el responsable de las atractivas fundaciones? No se sabe. Presidencia podría ampliar sus escasos cometidos actuales o deberían estar en una hipotética Consejería de Cultura.
¿Qué pasará con los recibos de la Cámara de la Propiedad Urbana que el Gobierno suprimió formalmente hace cuatro años, pero que el Ayuntamiento sigue enviando a las casas? ¿Quién será el responsable de lo relacionado con el mundo laboral? ¿En qué registro se inscribirán las asociaciones, que ahora lo hacían en el Ministerio del Interior? Se hizo un intento inicial de reparto de las competencias a recibir y se desechó porque provocaba no pocas envidias.