Un regreso anunciado

El atentado de ayer en el barrio bilbaíno de Zamácola es el regreso anunciado del comando Vizcaya de ETA. Tras la huida de Juan Carlos Iglesias Chouzas, Gadafi, del cerco de la Ertzaintza a mediados de mayo del pasado año, este comando había quedado, huérfano de liberados (a sueldo). En la misma operación policial fue detenido el otro liberado del grupo: Javier Martínez Eizaguirre, Javi de Usansolo. Pero la policía sabía que aún quedaba una red de colaboradores en activo. Este atentado confirma las sospechas del gobernador civil de Vizcaya, Daniel Vega, sobre la reconstrucción de la red de legales del comando Vizcaya de ETA.La aparición en el cementerio de Basauri en junio de un arsenal de explosivos puso en alerta a las fuerzas de seguridad del Estado. Desde entonces, el Gobierno Civil empezó a advertir a la opinión pública sobre la reconstrucción del comando.

El artefacto desactivado recientemente en Getxo (Vizcaya) por la Ertzaintza y el atentado de ayer confirma que ETA tiene una red que le suministra información y que hace "trabajos chapuceros de poca monta" como éste.

Por otra parte, la policía francesa investiga el paradero del presunto etarra que logré huir el pasado lunes en Arcachón (Francia), tras el accidente que permitió la detención de Xabier Makazaga Urrutia. La policía sospecha que se trata de Félix Alberto López Lacalle Gauna, Mobutu, uno de los principales dirigentes etarras.

Paralelamente, la gendarmería descubrió ayer un escondite de armas, explosivos y documentos de ETA en Arcachón, a raíz de la detención de Makazaga.