Rotundidad
Una vez más, Pedro Schwartz ha arremetido en su último artículo contra los trabajadores fijos y sindicalistas calificándonos de minorías privilegiadas que arruinan el país, repitiendo sus proclamas tan rotundas y seguras sobre las bondades del liberalismo económico. Al lado de su firma, y de otros que han expresado semejantes opiniones en este periódico, aparece indicada a menudo la condición profesional de catedrático de universidad.Supongo que Schwartz y sus colegas deben tener serios problemas de conciencia argumentando esto desde un puesto de trabajo no solamente fijo, ¡sino vitalicio! y con un sueldo no sometido a controles de rendimiento, excepto dudosas evaluaciones corporativas. Yo les sugeriría que se tomasen una excedencia (uno de esos odiosos privilegios heredados del Estado del bienestar) y se fueran a trabajar a una fábrica de juguetes al sureste asiático.
Así contribuirían temporalmente a reducir el déficit público y ampliarían sus horizontes intelectuales palpando la realidad de estos países donde se genera riqueza sin las trabas de sindicatos arcaicos ni privilegios de asistencia sanitaria ni seguridad social-
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