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Europa se cierra

Un espectro asedia a Europa: la inmigración. Ese problema desempeñará un papel creciente en nuestro continente. Hoy, un 60% de los alemanes piensa que hay demasiados extranjeros no europeos en Alemania, mientras que un 56% de los franceses comparte el mismo sentimiento sobre nuestro país. Nuestras fronteras se cierran chirriando porque dos fuerzas contradictorias empujan las puertas.La demografía facilita los movimientos de población hacia Europa; la política los quiere interrumpir. Los europeos han envejecido. Su natalidad es insuficiente. (...) En África, en Oriente Próximo, el número de nacimientos crece a un ritmo inigualable. Tales contrastes han dado lugar siempre a grandes migraciones. Pero los europeos no quieren aceptar más extranjeros, y el paisaje político se modifica en función de esta amenaza y este rechazo.

(...) ¿Por qué razones se ha disimulado durante tanto tiempo la importancia del problema? Las élites viven en barrios reservados y meten a sus niños en colegios sin extranjeros. Esperan aprovecharse de los servicios baratos que proporciona la inmigración clandestina. (...) Ciertamente, el problema es político. (...) Pero no hay que dejarse impresionar ni por los Tartufos humanitarios ni por los nacionalistas xenófobos. Detener la inmigración y seguir siendo liberales descontentará a unos y a otros. Pero no hay otro camino.

12 de septiembre

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