_
_
_
_

González advierte que el pacto social no se hará sin dolor y acusa a los sindicatos de conservadurismo

El pacto social no se hará sin dolor. Con él, el Gobierno pretende, según su presidente, Felipe González, preservar lo esencial del Estado de bienestar -acusa a la derecha de intentar cargárselo-, pero presume que los sindicatos no son receptivos y siguen anclados en esquemas antiguos, en un conservadurismo ideológico. El jefe del Ejecutivo confía en que se acabe imponiendo la responsabilidad y, aunque sea con dolor, haya pacto. También cree que el ciclo económico no va a tardar en reactivarse sacando a España de la recesión. Y confirmó que su Gobierno propone aumentar, no de golpe, el periodo de 15 años de cotización para acceder en el futuro a una pensión contributiva, pese a los desmentidos de algunos ministros.

Más información
Nuevas reglas comerciales que impidan el 'dumping'

En mangas de camisa, fumando un puro al lado de una ventana abierta con vistas al Atlántico, González habló largo y tendido a la prensa el sábado por la noche en su suite del antiguo convento franciscano de Arrabida (Portugal), donde participó el fin de semana en un cónclave de los principales dirigentes socialistas europeos. El convento fue construido a instancias de un monje español, y el jefe del Gobierno aprovechó para bromear: " Por cierto, hará falta la paciencia de un monje para sacar adelante el pacto social".Sus vacaciones de agosto, explicó el jefe del Ejecutivo, las dedicó en buena parte a reflexionar sobre las causas de la crisis del modelo de sociedad de bienestar, que no es sólo coyuntural, sino estructural. No se puede tener la arrogancia, señaló, de decir que se tiene la respuesta: La derecha sí tiene esa pretensión, prosiguió González, sin citar a ningún partido. Le acusó de querer cargarse el sistema de bienestar proponiendo privatizarlo todo, hasta la sanidad y la educación. Se está poniendo en cuestión, advirtió, ese modelo de una manera delicada y peligrosa.

Pero también en las filas del socialismo democrático se cae a veces en la tentación de creer que se poseen respuestas adecuadas a los nuevos desafíos. Le preocupa al secretario general del PSOE que no se acepte que hay una cierta ruptura de modelo. Hay incluso tendencias a reintroducir viejos esquemas. Él es más humilde. No hay, reconoce, fórmula operativa para superar la crisis. Todo lo más, se atrevió a decir que, acaso, el nuevo eslogan de la socialdemocracia debería ser "empleo, competitividad y solidaridad" social.

El conservadurismo ideólgico en las filas del socialismo cree que es, sin embargo, abrumadoramente mayoritario en el movimiento sindical, a pesar de que, por ejemplo, la clase obrera es cada vez más minoritaria en unas sociedades posindustriales en las que predomina el sector terciario. Este lastre del pasado es muy importante y puede acarrear problemas muy serios, advirtió antes de arremeter contra algunas propuestas de Julio Anguita, coordinador de Izquierda Unida, sobre la reducción de jornada para crear empleo.

Por todos estos motivos, prevé que el pacto, cuya negociación entre Gobierno, sindicatos y empresarios se inició la semana pasada, se hará con dolor pese a que el ciclo económico no tardará en reactivarse. Las bolsas, que ven. más allá de la inmediata coyuntura, ya están anticipando la recuperación. De ahí su tendencia alcista, que apenas es achacable a la llegada de dinero especulativo del extranjero. Prueba de ello también es la inversión a largo plazo en títulos de deuda.

Compromiso de empleo

Confesó el presidente que para los sindicatos la propuesta de política de rentas -reducir el poder adquisitivo de los asalariados en un 5% a lo largo de los próximos tres años- es muy dura. Pero es el precio para abrir un espacio a la generación de empleo, aunque, matizó, ningún Gobierno puede garantizarla. Todo lo más, se puede procurar que se den las condiciones para que así sea. Si no hay una base productiva capaz de generar empleo será imposible mantener el sistema de Seguridad Social.

Confirmó, por último, González que su Gobierno propone ajustar los periodos de carencia y de cálculo de las pensiones contributivas acercándose a la media de la CE. A renglón seguido, quiso ser apaciguador y recalcó que, hasta que se aplique plenamente tal medida, el periodo de adaptación será muy largo. Eso quiere decir, explicó, que se van a modificar las expectativas, pero no los derechos adquiridos. El aumento del periodo de cotización por encima de los 15 años actuales no se va a hacer, insistió, de golpe, sino paulatinamente, acaso año a año.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_