Implicado en el 'caso Enimont' el vicepresidente de la Audiencia de Milán
Ni siquiera la Justicia sale limpia del caso Enimont, el mayor episodio de corrupción detectado hasta ahora durante la investigación de la Tangentópolis italiana. El juez Diego Curto, vicepresidente de la Audiencia de Milán -precisamente la que lleva las pesquisas- ha sido formalmente acusado de haber cobrado comisiones relacionadas con el caso por un testigo de excepción: el ex vicepresidente de Banca Commerciale Italiana (Comit) Vincenzo Palladino, detenido hace un mes y puesto en libertad el pasado miércoles tras haber prestado declaración ante el magistrado Antonio di Pietro.Palladino actuó en 1991 como depositario de las acciones que el grupo Ferruzzi tenía en Enimont, cuando dicha participación fue secuestrada a petición del Ente Nazionale Idrocarburi (ENI), el grupo energético estatal. El ENI pidió el secuestro de los títulos porque había detectado que el entonces presidente de Ferruzzi, el fallecido Raúl Gardini, estaba comprando subrepticiamente en bolsa a través de terceros, las acciones que le hubieran permitido hacerse con el control absoluto de Enimont.
Enimont fue la efímera fusión entre las divisiones químicas de Montedison, la multinacional emblemática del grupo Ferruzzi, y el ENI. El proyecto paritario -los dos socios principales se comprometieron a mantener participaciones idénticas del 40%- fue lanzado como un hito en la historia de la química italiana, pero fracasó bajo el mencionado asalto de Gardini. En la cadena de incidentes que condujeron a la liquidación de la fusión, Palladino resultó también depositario del 40% de Enimont en manos del ENI, secuestrado a petición de Ferruzzi.
Los magistrados milaneses pidieron a finales del pasado mes de julio el procesamiento de los secretarios de los partidos del Gobierno en el momento en el que se liquidó Enimont, comenzando por el socialista Bettino Craxi y el democristiano Arnaldo Forlani, porque presuntamente percibieron comisiones multimillonarias para compensar un sobreprecio calculado en varias decenas de millones de pesetas que el ENI pagó al recomprar la cuota de Ferruzzi.
Simultáneamente, ordenaron la detención de Palladino que había sido acusado por ex directivos de Ferruzzi de haber percibido, a su vez, del ENI una sustanciosa comisión de 2.000 millones de liras (más de 160 millones de pesetas) por su modesto trabajo de depositario de los títulos, y otra equivalente -ésta cobrada en negro- de Montedison.
Palladino, que recientemente sufrió un infarto, confirmó estos hechos el pasado miércoles ante Di Pietro, pero añadió que, de sus honorarios, él pagó 320 millones de liras al juez Diego Curto. Este fue quien nombré a Palladino depositario de los títulos, y también el que dio el visto bueno a la abultada comisión que el ENI pagó al ex presidente del Comit.
Palladino ha explicado incluso cómo pagó a Curto. Primero ingreso el dinero en una cuenta suiza, pero lo retiró después de que comenzara, hace meses, la investigación judicial sobre Enimont. En la última semana de julio, tras el suicidio de Gardini, el juez Curto le pidió a Palladino que le pagara su parte en efectivo. Ambos se vieron, sostiene el segundo, en la ciudad suiza de Lugano hacia el 25 de julio, y el magistrado percibió en aquel encuentro una maleta con la suma ya mencionada de dinero. El juez Curto era ya investigado por diversas irregularidades.
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