Fritz Cremer, escultor alemán

El escultor alemán Fritz Cremer murió el pasado miércoles en Berlín a la edad de 86 años, según un comunicado en el que la Academia de Arte de esta capital le rinde homenaje como "un artista comprometido y polémico".Cremer, marxista y antifascista confeso, deja multitud de obras, entre las que destacan varios grupos escultóricos en los antiguos campos de concentración de Buchenwald, Mauthausen y Auschwitz, consagrados a las víctimas de la barbarie nazi. Una estatua suya que refleja su mensaje de lucha y autoliberación de los oprimidos fue exhibida en 1975 delante del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. También sobresale una figura plástica de Galileo, que el artista denominó Y, sin embargo, se mueve, y con la que planteó un problema trascendental de nuestro siglo, que es la responsabilidad que recae en el científico.

A partir de la década de los setenta, Cremer, pese a su convicción atea, volvió cada vez más la atención hacia la figura de Jesucristo, a quien plasmó como un personaje rebelde que no quiere doblegarse a su destino y lucha por liberarse de la cruz que lo atormenta.

Fritz Cremer nació en 1906 en Arnsberg, región del Ruhr, y en la década de los veinte asistió a cursos nocturnos de artes plásticas en una escuela de Essen. Por esa época se afilió al Partido Comunista, en el que trabó amistad. con intelectuales de izquierdas, como Bertolt Brecht, Harins Eisler y Helene Weigel y la escultora Káthe Kollwitz.

Tras el ascenso de Hitler al poder tuvo problemas con la policía por haber titulado Gestapo un relieve en el que figuraban mujeres que habían perdido a sus hijos o maridos en la ola de represión contra los opositores al régimen. Forzado a alistarse en el Ejército alemán, pasó un breve periodo como prisionero de guerra en Yugoslavia, y, tras unos años en Viena, se trasladó en 1950 a la recién fundada República Democrática Alemana, donde fue admitido por la Academia de Arte y obtuvo todas las facilidades para proseguir su labor artística.-