Ciclistas a la contra

No corren para las grandes potencias, sino para pequeños países en el mundo ciclista actual. Su juego no es tanto marcar la carrera como colarse en el golpe decisivo. Jugar a la contra sin gastar un gramo de energía. Si los dos últimos Mundiales han respondido a la lógica, la década de los ochenta estuvo marcada por estos dinamiteros -LeMond, Roche o Dhaenens-, que sin equipo se llevaban el gato al agua. En Oslo, muchos tendrán las garras a punto:El ruso Dmitri Konyshev (178) es quizá el corredor más astuto. Ganó el bronce en 1989 y 1992 usando siempre la misma táctica, metiéndose con gran habilidad en el grupo selecto, no dejándose ver hasta el final. A favo

r: le motiva el Mundial. En contra: la llegada -300 metros en ascenso, después de 600 en descenso- no le favorece. Es un hombre de rectas largas y si se lanza pronto sólo servirá de lanzador a los demás.El estadounidense Lance Armstrong (209) quiere ser el heredero de LeMond. Ganó una etapa en el Tour y el campeonato de Estados Unidos. A favor: su frescura y su imprevisibilidad. En contra: pobreza táctica. Es capaz de hacer en el momento clave justamente lo contrario de lo que debería hacer.

El danés Rolf Sorensen (65) es la elegancia. Este año ha ganado la Lieja-Bastoña-Lieja. A favor: su habilidad para no desgastarse inútilmente, saber marcar las ruedas adecuadas. En contra: es demasiado conocido. No podrá jugar el factor sorpresa. Nadie trabajará para él.

A otro danés, a Jesper Skibby (64), sí que le cae bien la etiqueta de posible sorpresa. Se rompió el cráneo en marzo y desde julio, en el Tour, estuvo siempre con los mejores. En caso de llegada en un grupo amplio, 20 corredores. o así, apuesten por él. A favor: su velocidad final. Es un llegador poco especializado. En contra: el Mundial puede venirle grande.

El alemán Olaf Ludwig (10) ha sido la decepción de la temporada. En el Tour se rehabilitó a medias con una etapa, pero ansia unir un Mundial profesional a sus títulos olímpico y como aficionado. A favor: es el mejor llegador de los 200 participantes. En contra: le hunde la presión.