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Favorítos?, sí ¿y qué?

Los componentes del equipo italiano aceptan sin complejos su papel de enemigo público número uno

Carlos Arribas

Miguel Induráin, que saldrá con el dorsal 76, ha dicho que no habrá sorpresas, que en Oslo, entre el Ayuntamiento y el puerto, se impondrá uno de los favoritos. La pelota, de un patadón, ha caído en el patio italiano. Allí, MauriZi0 Fondriest la ha recogido con inigualable elegancia. "Sí, soy favorito, ¿Y qué?", se ha encogido de hombros el trentino. Le encanta esta responsabilidad, que todo el mundo le considere el ciclista de referencia. Pero él, Fondriest, ya campeón del mundo en 1988 y mejor hombre esta temporada en las pruebas de un día, no es el único hombre fuerte, ni siquiera dentro de su propio equipo.Las casas de apuestas belgas ya han fijado las paridades para quien quiera arriesgar su dinero. El más favorecido es Fondriest (2 a l), por delante, evidentemente de otros dos compatriotas, Gianni Bugno y Claudio Chiappucci (4 a 1, los dos). Esto sobre el papel parece que será coser y cantar. En teoría nada debería fallar para que una vez más un ciclista vestido de azul cruzara primero la meta del' Mundial. Todo está a su favor: capacidad, casi especialización, para las carreras de un día; fervor por vestir la maglia azzurra, y un circuito que favorece sobremanera las tácticas de equipo. Hay un par de subidas donde algún corredor se puede aventurar, pero después, hasta la meta, es terreno ideal para los cazadores: casi una autopista en suave descenso. Además, puede que los italianos no creen las escapada s, pero ninguna funciona si no hay un azul en ella.

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La motivación también juega a su favor. Fondriest (dorsal 116) es el actual líder de la Copa del Mundo, pero este premio, ganado a lo largo de la temporada, más que saciarle parece haberle dado más hambre. A su favor tiene su rapidez final, su sentido táctico y una llegada que le va como anillo al dedo. En contra, el ser italiano. Un equipo tan potente, con tantas bazas, no apostará sólo por su carta.

Bugno (109) es el caso. Toda su concentración. estuvo en las dos últimas temporadas en las pruebas por etapas, y sucumbió frente a Induráin. Pero tanto en 1991 como el año pasado se llevó un premio de consolación nada despreciable: un maillot arco iris para vestir el siguiente año. A su favor, su clase y una especie de fuerza interior que le hace imbatible en cualquier circunstancia cuando él se siente ganador. También su carisma; es el único italiano por el que el resto de compatriotas dejaría la piel. En su contra, su flojedad mental, hasta ahora sólo apreciable en el Tour y en el Giro, pero que puede haberse extendido.

Chiappucci (112) es el hombre cansado de los segundos puestos. En las pruebas de un día, cuando no existe dureza él la crea, pero siempre hay alguien más rápido. Su fuerza es su . mentalidad, muy superior a lo que le puede dar su cuerpo. A su favor: su arrojo. Si el Mundial es excesivamente táctico bullirá de impaciencia para romper los puntos muertos. En contra: que no es un terreno lo suficientemente duro para que logre cansar él solo a los demás:

Quien desconfía de tanto optimismo es el seleccionador italiano, el veterano Alfredo Martini, de 72 años. "No es bueno que hayamos ganado los dos últimos Mundiales", dice. "Los demás ya habrán aprendido cómo pararnos". Martini no sólo se refiere al trío grande, sino también a Moreno Argentin (108) o Davide Cssani (110). Aunque también añade: "Bueno, puede que sepan cómo pararnos, pero nosotros sabemos seguro cómo parar a los demás".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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