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Los militares, objetivo de la nueva ola de represión del régimen de Guinea Ecuatorial

Los militares guineanos se han convertido en el blanco de la represión de los ninjas, la nueva guardia de seguridad del presidente Teodoro Obiang, que tras la muerte en los calabozos del dirigente opositor y ex teniente Pedro Motú ha sembrado el terror en la ex colonia ecuatoguineana con nuevas detenciones y palizas a opositores políticos. Ayer, el consejo de ancianos de Kientem, la región donde nació Motú, ha pedido una intervención internacional que se interponga entre la población indefensa y los incontrolables ninjas.

Diversas fuerzas de la oposición guineana manifestaron ayer su satisfacción por la firme posición española en su condena de la violación de los derechos humanos expresada el jueves por un comunicado del ministerio de Exteriores de Madrid. "Sólo un claro mensaje de la comunidad internacional a Obiang de que no se dejará impune cualquier atropello a la población puede contrarrestar la situación de indefensión que se ha creado frente a la violencia de los ninjas", aseguró ayer en Malabo Amancio Nse, dirigente del opositor partido de la Convergencia Para la Democracia Social (CPDS), al referirse al nuevo cuerpo de seguridad guineano entrenado por asesores franceses."Los rumores de nuevas muertes en los calabozos se multiplican en todo el país y están siendo utilizadas para presionar a algunos partidos de la oposición de que la única forma de conservar la vida es aceptar participar en la nueva convocatoria de elecciones", añadió. Ayer, los once partidos de la Plataforma de Oposición Conjunta (POC), debían reunirse para perfilar una posición conjunta ante la decisión unilateral del Gobierno, la pasada semana, de anunciar el 21 de noviembre como nueva fecha de los comicios legislativos.

Los ninjas han sido denunciados por la oposición a Obiang como los autores de las nuevas detenciones y palizas que han afectado, con especial brutalidad, a ex militares. Por ello, diversos dirigentes de la oposición calificaron ayer de "muy positiva" la condena que España ha hecho en su comunicado al "protagonismo de militares y policías guineanos en los "numerosos incidentes" en que "se han visto envueltos súbditos españoles" en Guinea Ecuatorial, y que Malabo atribuyeron a los grupos democratizadores.

"El Gobierno español recuerda al Gobierno de Guinea Ecuatorial que muchos de los españoles residentes en ese país son cooperantes enviados por el Gobierno español para ayudar al pueblo y al Gobierno de Guinea Ecuatorial", subraya dicho texto al concluir que Madrid "no tolerará que las vidas, integridad física y haciendas de lo súbditos españoles se vean amenazadas".

La voz de los ancianos

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Por otra parte, el Consejo de Ancianos de Kientem, la región continental de la que procedía el ex teniente Pedro Motú, muerto en los calabozos de Malabo este fin de semana, piden en un comunicado hecho público ayer una intervención internacional que se interponga entre la población sin armas y los ninjas. Además de condenar la muerte de Motú, exigen a las autoridades la entrega de los restos del opositor que, según sus familiares, fue sometido tras su muerte a rituales antropofágicos. Los ancianos expresan también su preocupación por la suerte de otro ex militar, Alfonso Mba, que se halla en paradero desconocido.Coincidiendo con ello, fuentes occidentales aseguraron ayer que las graves palizas propinadas a Tobías Obiang Nguema, otro militar detenido en la ciudad de Bata, impidieron que el jueves recuperase el sentido durante tres horas.

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